Expertos chilenos estudian la longevidad de las aves del bosque más austral del mundo

<P>Estudio, realizado en reserva de la Biósfera Cabo de Hornos, constató que especies más longevas pueden vivir más de 8 años. </P>




El fio fio (Elaenia albiceps) es el ave más longeva del Parque Etnobotánico Omora, en la reserva de la Biósfera Cabo de Hornos, una de las 37 áreas silvestres más prístinas del mundo, según la Unesco. Esta ave migratoria que se reproduce en el sur de Chile, que vuela todos los años miles de kilómetros para invernar en los bosques tropicales y que es posible ver entre septiembre y abril en los jardines de Santiago, llega a vivir 8,2 años de vida, según explica Jaime Jiménez y Ricardo Rozzi, investigadores de la U. del Norte de Texas y la U. de Magallanes, quienes realizaron un monitoreo de más de diez años a casi 10 mil ejemplares de 20 especies diferentes.

El estudio, el primero de esta envergadura realizado en Sudamérica y en los bosques subantárticos, fue dado a conocer en el Congreso Chileno de Ornitología, organizado por la Unab y la Unión de Ornitólogos de Chile.

Y aunque su propósito inicial, explica Jiménez, "era saber qué especies habitaban este parque y poder caracterizar su dieta, morfología y comportamiento migratorio", el hecho de haber capturado e identificado a miles de aves con anillos numerados en sus patas, les permitió también acceder a otros datos, como su longevidad. Es así como descubrieron que entre las aves pequeñas el más longevo es el fio fio (8,2 años), luego el cometocino patagónico (Phrygilus patagonicus) y el rayadito (Aphrastura spinicauda) con 6,4 años y el zorzal (Turdus falcklandii) con 6 años.

El tema de la longevidad no es menor, ya que aunque la mayoría de las aves estudiadas -de un tamaño de 12 a 16 cm- tienen problemas degenerativos similares a los humanos, viven hasta tres veces más que los mamíferos de similar tamaño. "Parece que estos problemas degenerativos presentan una suerte de postergación de la senescencia", comenta Jaime Jiménez. Por lo mismo, los expertos creen que estos estudios podrían ser de utilidad para potenciales aplicaciones a la salud humana en el futuro, si se logra identificar el mecanismo que hace que estas aves no envejezcan de manera acelerada o prematura".

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