¿Falló la auditoría externa en La Polar?
<P>Mientras las auditoras creen no estar diseñadas para detectar fraudes, los expertos y la legislación lo ponen en duda. ¿Hubo chequeo de información, errores o indicios de fraude? </P>
La crisis de La Polar ha puesto en tela de juicio la labor que desarrollan las auditoras en Chile. Sus procedimientos, sistemas de testeo y objetivos están bajo la lupa del mercado, luego de que muchos expertos han centrado sus críticas en la auditora PwC por no haber detectado las irregularidades en la multitienda. Ernst & Young auditó al retailer antes de 2007, en un período que también incluyó, según información de La Polar, repactaciones unilaterales de créditos.
La mirada de la industria, representada por el Instituto de Auditores -que agrupa a las 13 mayores firmas del país- ha sido la de asegurar que "las auditoras no están diseñadas para detectar fraudes".
No obstante, los expertos lo ponen en duda. El abogado Axel Buchheister considera inaceptable el argumento. "La tarea de los auditores es emitir una opinión sobre la racionalidad de los estados financieros y para hacerlo tienen que hacer comprobaciones, revisando las operaciones y la documentación de sustento, tanto en los aspectos de hecho como de derecho", afirma el abogado, quien recuerda que la ley exige hacer comprobaciones aleatorias de las renegociaciones y buscar respaldos de aquellas operaciones. "Cuando se trata de hacer la revisión del caso concreto y el soporte documental no existe, ahí cuando menos (hay) un error en las operaciones detectadas", afirma Buchheister.
El ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, también plantea dudas sobre la certificación realizada. "Una auditoría a fondo habría podido constatar si en las carpetas correspondientes estaban los documentos en los cuales constaba que el deudor en cuestión había repactado (...). Una auditora puede ser engañada con documentos falsos, pero no debería ser engañada por la ausencia de respaldos. Eso es lo que hace la diferencia", afirma el ministro (ver entrevista en página 11).
La Ley de Valores establece las tareas que deben cumplir las empresas de auditoría externa: "Examinan selectivamente los montos, respaldos y antecedentes que conforman la contabilidad; evalúan los principios de contabilidad utilizados y la consistencia de su aplicación con los estándares relevantes, así como las estimaciones significativas hechas por la administración, y emiten sus conclusiones respecto de la presentación general de la contabilidad y los estados financieros, indicando con un razonable grado de seguridad si ellos están exentos de errores significativos y cumplen con los estándares relevantes, en forma cabal".
El reglamento interno de PwC -que es presentado a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS)- establece mecanismos de prevención de actos ilegales en sus auditorías. Entre ellos, la "evaluación de la posibilidad de error significativo debido a fraude que involucre la vulneración de los controles por parte de la gerencia", dice el documento.
Pese a ello, un abogado cercano a PwC insiste en que las auditorías externas realizadas a los estados financieros de las empresas no están concebidas para la investigación y detección de fraudes. "Menos si aquí hubo un sistema computacional oculto en un servidor paralelo", afirma.
¿Qué falló en La Polar? Un ejecutivo de una auditora intenta una explicación. Dice que si bien las auditoras no son policías para identificar delitos, "en todo proceso de auditoría siempre hay luces amarillas o rojas que se van encendiendo y eso es lo que como auditor debes monitorear". El ejecutivo explica que las auditoras hacen un escáner completo a la compañía. "Entre los auditores hay una norma que se denomina de escepticismo profesional, siempre hay que estar preguntándose y no dar por sentado nada", dice.
Explica que en el caso de una empresa de retail, una auditora sabe que la cartera de crédito y la cuenta de clientes son relevantes para la compañía. "Es parte del trabajo contrarrestar datos y revisar todo el proceso de control interno de la compañía desde el momento en que se otorga un crédito a una persona hasta que llega a contabilizarse. La auditora lo que hace es chequear todo el proceso de apertura de ese crédito, ver si hubo renegociaciones, revisar el proceso de cobranza, etc.", explica.
Las actas de los directorios también eran una señal de alerta para PwC, indican en la industria. "Las auditoras tienen las atribuciones y el deber de revisar los reportes del directorio", comenta un ejecutivo.
Sin embargo, PwC no tuvo acceso a las actas de la mesa, dice un jurista. Tampoco la auditora tuvo indicios que la llevaran a realizar una auditoría de otro estilo. En la industria dicen que existen tres tipos de exámenes: forenses (destinados a detectar fraudes, son por lo general solicitados por la empresa), internos (donde la auditora se instala de manera permanente en la compañía) y externos, remitidos a los balances anuales de una sociedad anónima.
En el caso de La Polar, la auditoría era de este último tipo. El directorio no pidió revisiones específicas a la cartera crediticia ni presumió dolo o fraude en sus ejecutivos. PwC tampoco tuvo indicios mayores. La firma ha planteado que realizó análisis estadísticos y testeos a los sistemas y que nada arrojó algo anormal. "No existen auditorías que descubran máquinas fraudulentas", se defiende un auditor, tras las dudas puestas sobre la industria por el caso.
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