Fedia Hamdi: "Fui el chivo expiatorio para explicar el inicio de las protestas en Túnez"
Fedia Hamdi, la funcionaria municipal en el centro del incidente que desató la revolución popular en Túnez, está aliviada, luego de que un tribunal la exonerara hace algunos días de golpear a Mohamed Bouazizi, el joven vendedor callejero que, tras un altercado con la policía, se prendió fuego. Su muerte dio pie a una ola de protestas antigubernamentales que provocaron la salida del poder del Presidente Zine El Abidine Ben Alí el 14 de enero de 2011. Fue el primer paso de protestas que se extendieron a varios países del mundo árabe y que también hicieron caer al gobierno egipcio.
Luego del incidente, Hamdi fue detenida y enviada a prisión, donde estuvo recluida poco más de tres meses. Después de la renuncia y exilio del presidente, el caso fue reabierto y fue hallada no culpable.
¿Qué recuerda del día del incidente?
El 17 de diciembre de 2010 fui al lugar donde Bouazizi colocaba su carreta de frutas y traté de evitar que la pusiera allí, pues no está permitido de acuerdo con la ley. Cuando empecé a hablar con él, Bouazizi empezó a gritar, a maldecir y comenzó a tirarme mi ropa -mi uniforme de policía- mientras gritaba.
¿Usted lo atacó, lo golpeó?
No, no pude hacerlo.
¿Otros colegas?
Había otro colega conmigo. El estaba en el vehículo y se bajó para ayudarme. Yo quería confiscarle unos 10 kilos de peras, pero no pude, pues comenzó nuevamente a gritar. Mi colega me dijo que le confiscara la balanza que utilizaba para pesar las frutas, pero que le dejara las peras. Cuando lo traté de hacer, él jaló la pesa y me hirió en un dedo. Yo grité y pedí ayuda a otros policías locales.
La familia de Bouazizi dice que esto pasó porque él se negó a pagar sobornos a gente como usted.
Yo no recibo sobornos. Yo rezo regularmente. Puede revisar mi cuenta para que vea que no tengo dinero.
Pero, entonces, según su versión, ¿cómo terminó el incidente con Bouazizi?
Cuando llegó el jefe de la policía, me ordenó que me subiera en el vehículo policial junto a mi colega, y a Bouazizi se le dijo que llevara su carreta con frutas. Fuimos todos a la estación de policía y el jefe me preguntó si quería poner una denuncia en contra de Bouazizi. Yo me negué, porque no quería ir a los tribunales. Mi colega confiscó su carreta y varios kilos de fruta.
¿En qué estado se encontraba Mohamed Bouazizi la última vez que usted lo vio?
Yo conocía a Bouazizi de antes, lo había visto en la municipalidad, pero esa fue la primera vez que utilizó la violencia contra mí.
¿Qué pensó cuando supo que Bouazizi se había prendido fuego a sí mismo?
Me sentí muy triste por él, porque era un muchacho, era muy joven.
¿Y cuándo se dio cuenta usted de que estaba metida en un problema?
El 28 de diciembre un miembro de un grupo muy peligroso vino a verme a mi casa luego de que la mamá de Bouazizi se entrevistó con el presidente. Nunca pensé que me iban a arrestar.
¿Cree que fue un chivo expiatorio debido a las protestas que se llevaban a cabo en contra del presidente?
Sí, fui un chivo expiatorio. Aquí una mujer no puede golpear a un hombre. Ellos exageraron todo y quisieron ponerme a mí como si yo hubiera golpeado al joven. Querían que yo tomara responsabilidad, porque era la más débil en todo esto, porque soy mujer.
Que este incidente haya sido el punto de partida de todo un movimiento ¿cómo la hace sentir?
Espero que todo tenga éxito y que Túnez salga de la crisis en la que se encuentra. Al pensar sobre las repercusiones de este incidente creo que todo fue producto del destino.
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