Filme rescata en 3D el legado histórico de Jerusalén

<P>La película distribuida por National Geographic incluye reconstrucciones digitales de esta ciudad habitada desde hace 5.000 años. Además, presenta tomas aéreas que hasta ahora estaban prohibidas y que permiten apreciar parte de sus más de 2.000 sitios arqueológicos. </P>




Durante sus miles de años de historia, las murallas y callejones de Jerusalén han presenciado 118 guerras. Pero eso no es todo: la ciudad también fue conquistada 44 veces, vivió 23 asedios y fue destruida por completo dos veces. En 11 ocasiones su dominio cambió de manos entre distintos grupos religiosos (y sólo dos veces ese proceso se hizo pacíficamente). Este es apenas parte del legado de esta urbe, considerada santa por cristianos, musulmanes y judíos, y que protagoniza una nueva película distribuida por National Geographic que usa la última tecnología para recrear la ciudad en formato 3D y ofrecer impresionantes vistas de algunos de sus más de 2.000 sitios arqueológicos.

El filme Jerusalem, que acaba de estrenarse en cines de EE.UU. y Europa en formato 3D y pantalla gigante IMAX, comenzó a gestarse en 2008. Para su rodaje, los productores formaron un selecto grupo de asesores en Arqueología, Historia y Religión que los ayudaran a captar vistazos únicos de la ciudad ubicada en territorio israelí. De esta forma, convencieron a las autoridades para que hicieran una excepción al estatus de zona prohibida para vuelos que rige para evitar atentados.

"Durante ocho meses, la respuesta fue '¡de ninguna forma! Luego nos reunimos con todos los ministros del gobierno israelí y les explicamos que estas tomas aéreas serían muy especiales y que era una oportunidad única en la vida", dijo el productor Noam Shalev en un comunicado de prensa. Con este permiso, se pudo usar un helicóptero para grabar en Viernes Santo la procesión de la Vía Dolorosa (la senda por la cual Cristo cargó la cruz antes de ser crucificado), el Muro de los Lamentos y el jardín de Getsemaní, lugar donde Jesús fue arrestado.

Además, se obtuvo autorización de las seis iglesias que custodian el Templo del Santo Sepulcro, erigido donde según los evangelios se crucificó a Jesús. Así los realizadores pudieron explorar zonas subterráneas no accesibles al público, como una antigua cantera donde peregrinos dibujaron hace 1.700 años un barco con una inscripción en latín que dice "Oh, Señor, hemos llegado".

Recorridos arqueológicos

El filme, narrado por el actor Benedict Cumberbatch (Star Trek), tiene como protagonista a la arqueóloga Jodi Magness, experta en estudios religiosos de la U. de Carolina del Norte en Chapel Hill y quien ha participado en más de 20 excavaciones en Israel y Grecia. Ella guía escenas como la exploración de un túnel del siglo VIII a.C., construido para traer agua desde el mismo manantial de Gihon que atrajo a los primeros habitantes de Jerusalén hace 5.000 años.

Magness dice a Tendencias que una explicación para la preservación de reliquias, como una mansión de 20 habitaciones del siglo I recientemente hallada en el monte Zion y que pudo albergar a uno de los sacerdotes que enjuiciaron a Cristo, es que cada metro de la ciudad es protegido celosamente (no por nada la ciudad es mencionada 667 veces en el Antiguo Testamento).

"Jerusalén es una ciudad viva que ha estado ocupada de forma continua por miles de años. La mayor parte de las antiguas ruinas yacen bajo su estructura y, por lo tanto, son inaccesibles. Eso explica que la mayoría de las reliquias sigan enterradas", explica. La arqueóloga agrega que usualmente los arqueólogos sólo logran excavar fragmentos cuando "una casa o calle tienen que ser excavados como parte de alguna edificación".

Es lo que ocurrió hace algunos meses con el hallazgo de un camino romano de 2.000 años en la sección árabe al norte de la ciudad, el cual se produjo durante la reparación de una carretera. En abril se halló, además, una pileta ritual del Segundo Templo de Jerusalén durante excavaciones previas a la pavimentación de una vía en el barrio de Kiryat Menachem.

La red acuífera que Magness explora en el filme también tiene relevancia histórica, ya que fue construida en el siglo VIII a.C. por el rey bíblico Hezekiah para traer agua desde el manantial de Gihon y resistir el asedio de los asirios. "Durante gran parte de mi vida viví cerca de esa fuente. De niño solía bañarme en una pileta cercana y con amigos nos adentrábamos en el túnel que llevaba agua desde el manantial. Así me imaginaba cómo durante los asedios la ciudadela seguía obteniendo agua", dice a Tendencias Mustafa Abu Sway, profesor de estudios islámicos de la U. Al-Quds en Jerusalén y asesor de la cinta.

Quizás uno de los lugares más significativos que fueron registrados en el filme (que luego del cine pasará a un circuito de museos y que en su sitio www.jerusalemthemovie.com ofrece tours 3D) es el Muro de los Lamentos, donde se grabaron íntimos momentos de oración con trípodes y grúas cuyo uso hasta ahora estaba prohibido. Hoy, el muro se alza unos 19 metros, pero según Magness originalmente esta obra erigida por el rey Herodes en el siglo I d.C. para resguardar el Monte del Templo era mucho más alta. "Hoy necesitaríamos maquinaria pesada para mover sus piedras. Hay un documental que intentaba explicar cómo se trasladaron las piedras usadas en las pirámides egipcias y la historia de las piedras del muro debe ser igual de fascinante", dice Abu Sway.

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