Financiamiento de las subvenciones escolares




Señor director:

La discusión generada a raíz de la decisión del Ministerio de Educación de excluir a las universidades privadas que no pertenecen al Consejo de Rectores del esquema de gratuidad, tiene interesantes repercusiones en el sistema escolar.

Varios parlamentarios consideran injusta la medida, pues excluirá a alumnos de igual vulnerabilidad, que asisten a instituciones de educación superior cuyos parámetros de calidad y transparencia son comparables -e incluso superan- a los de instituciones pertenecientes al Cruch. El senador Ignacio Walker calificó hace unos meses esta política como "discriminatoria", ya que implicaría que existen "alumnos vulnerables de primera y segunda categoría". En su edición del domingo, el senador Ricardo Lagos Weber se declaraba "rebelde" ante esa distinción entre alumnos igualmente vulnerables.

Resulta interesante que esa misma preocupación no exista en el ámbito escolar.

A través de distintos mecanismos, hoy tenemos alumnos vulnerables de primera y segunda categoría. Aquellos que asisten a establecimientos municipales reciben mayores recursos que sus compañeros de igual nivel socioeconómico, que se educan en establecimientos particulares subvencionados. Esa diferencia de recursos no está relacionada con la calidad de las escuelas o liceos sino que, únicamente, y al igual que en el caso de la educación superior, con la condición jurídica de la institución.

Según cifras del Mineduc (para el año 2013), esa diferencia correspondía a un 42% de la subvención regular para educación básica, en favor de los alumnos de establecimientos municipales.

En el presupuesto que se discute y en la ley que busca desmunicipalizar la educación pública debiese existir consistencia en los argumentos para revertir la discriminación que sufren millones de alumnos de establecimientos particulares subvencionados.

Pablo Eguiguren F.

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