Fondo de Austral Capital ha invertido 75% de sus dineros
<P>La compañía, ligada a 12 empresarios, entre ellos, José Luis del Río, Bruno Philippi, Andrés Concha y Juan Claro, ha ingresado a nueve empresas desde su fundación, en 2008. La gestora aspira a continuar invirtiendo en el área de biocombustibles. </P>
Nueve empresas y en torno a US$ 22 millones invertidos es el saldo que evidencia la firma Austral Capital a dos años de su fundación. El fondo de inversión -ligado a 12 empresarios, entre los que se cuentan José Luis del Río, Rafael Guilisasti, Juan Claro y Víctor Hugo Puchi- está ad portas de invertir los US$ 30 millones que levantaron para apoyar el desarrollo de empresas tempranas con proyección internacional. "El 75% del fondo ya está prácticamente invertido", destaca el socio y gerente de inversiones de la firma, Felipe Camposano. "El resto del dinero se destinará a una o dos empresas más o se invertirá en las empresas que ya tenemos", precisa.
Sus líneas de inversión son claras: tres empresas en el área de biotecnología y seis en temas de servicios de la información, ligadas principalmente a nuevas tecnologías en el área retail. Así cuentan con participaciones en la compañía Producto Protegido, Paperless y Multicaja. En materia de biotecnología, en tanto, sus máximas aspiraciones están enfocadas en la producción de biocombustibles. "Nuestra idea es hacer capital de riesgo desde Chile hacia el mundo", dice el gerente general de Austral, Gonzalo Miranda.
Así, en 2009 ingresaron a la propiedad de Bio Architecture Lab (BAL), compañía norteamericana que está investigando la forma de producir etanol a partir del azúcar de las algas. "Es la empresa más avanzada del mundo en el tema", precisa. "La idea es generar el biocombustible más económico del futuro", afirma.
Para eso, el próximo paso es desarrollar una planta de prueba en Chile que estaría operando a fines de 2011. Para su desarrollo, Corfo aportó US$ 7,7 millones.
En la misma línea, la compañía acaba de invertir en un segundo proyecto. Se trata de una tecnología que permite a las microalgas elaborar biodiésel en su interior. "Es una empresa que está en etapa inicial", afirma. Agrega que "el norte de Chile tiene condiciones óptimas para poder desarrollar estas células".
Sus aspiraciones en la búsqueda de nuevas formas para producir biocombustible no se agotan en las algas. Una de las aristas que les interesa es producir etanol o biodiésel a partir de la celulosa. El ejecutivo dice estar en conversaciones con una empresa norteamericana que está intentando resolver este tema.
El grupo invierte en promedio US$ 2,5 millones por empresa, en las cuales tiene cerca del 20%. Posee, además, una oficina en EEUU.
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