"Fue duro asumir la discapacidad"

<P><span style="text-transform:uppercase">[reportaje] </span>La esforzada historia del pesista Jorge Carinao, que pese a quedar en silla de ruedas no se rindió y se convirtió en uno de los referentes del deporte paralímpico nacional. </P> <P> </P>




a vida de Jorge Carinao (22) tiene un punto de inflexión el 20 de diciembre de 2008. Ese día, el pesista sufrió un accidente que no sólo lo cambió físicamente, sino que modificó su forma de ser y su visión ante el futuro. Ese día, Carinao quedó minusválido.

El hecho lo obligó a adaptarse y a reencantarse con la halterofilia, algo similar a lo que pasó cuando en Temuco se decidió por este deporte a los 14 años. "Al colegio fue un técnico a buscar gente. Ofrecían dos opciones: gimnasia, que era hacer fútbol, u otro deporte. No me gustaba el fútbol, jugaba básquetbol, pero me fui a las pesas, porque era distinto", recuerda en una sala del CAR.

Pese a que lo rechazaron por su técnica y que no se proyectaba mucho, un torneo cambió su parecer. "Hubo un campeonato entre los que partíamos y gané. No hubo premiación ni nada, pero los organizadores me dijeron que luego habría un regional y que fuera. Me dijeron que estaba bien posicionado en el ranking nacional, aunque no sabía que había uno", cuenta Carinao entre risas.

"Partí con 52 kilos y levantaba unos 80", dice. Los buenos resultados en torneos locales e internacionales le permitieron irse con 17 años a Santiago en 2008 y se radicó en el hotel del CAR. Ese año sucedió el accidente. "Era el último torneo del año en el CEO. Después viajaba a Temuco y andaba con los bolsos listos", explica.

Lo que pasó no lo tiene claro. "Partí con 110 kilos en arranque, un peso que manejaba bien. En el tercer intento, cuando estaba en posición de arranque, la barra cayó derecho sobre mi cuello, y como estaba agachado cayó sobre mi trasero y lo aplastó. Como toqué el suelo, hizo presión y me fracturó la vértebra T12", narra.

Carinao se emociona mientras recuerda los dolores de esa ocasión: "Sentí un hormigueo del ombligo hacia abajo, como cuando se te duermen las piernas. Traté de pararme, pero no pude. Pensaba que el hormigueo se pasaría. Le dije a un amigo que me sacara las zapatillas y me dijo 'ya no las tienes'. Ahí me asusté".

Lo llevaron al Hospital del Trabajador y le contaron la situación: "Cuando me dicen que deben operarme la espalda, le pregunto al doctor que cuándo sentiré de nuevo las piernas. Me respondió 'nunca'. Se me vino el mundo encima".

¿Cómo supo la familia en Temuco? "Me dijeron que los llamara, pero me negué. No quería preocuparlos. Al final del hospital se comunicaron con ellos y fue Carabineros a avisarle a mi mamá. Cuando desperté tras la operación, estaban a mi lado", cuenta. Carinao cree que "si bien la pasé mal, mi familia lo pasó peor. A ellos les costó más afrontar el accidente".

Ahí vino el nuevo proceso de adaptación, más difícil. "Fue duro asumir la discapacidad. En el hospital piensas en salir rápido de ahí, pero cuando te vas viene un miedo terrible. Pasar de un lugar adaptado para ti a otro distinto da miedo. Te sientes vulnerable", asegura.

Entre medio, Carinao se fue al CAR y se resistió a la idea de volver a Temuco con su familia. "Lo sentía como un retroceso", afirma y agrega: "Me quedé solo y fue un año sin hacer nada. Traté de estudiar, pero no pude. Me deprimí, cambié, me puse pesado con mis amigos, más reservado".

En esos duros momentos apareció Patricio Bowen, gerente de la desaparecida Federación Paralímpica. "Me invitó a volver al deporte y hacer pesas, pero le dije que por ahora no quería nada con el deporte. Lo negué cortésmente cuando lo que quería era mandarlo a la mierda", asegura.

Pero los amigos fueron clave. "Me animaron para ir al gimnasio y me puse a averiguar sobre las pesas paralímpicas". Se motivó, comenzó a entrenar hasta que, en un control de marcas, logró clasificar a los Panamericanos de Guadalajara 2011. "Pese a que fue aquí mismo donde entrenamos, para mí fue muy especial. Volver a sentir los nervios, la ansiedad de competir... Creí que nunca más lo iba a sentir. Ahí le tomé nuevamente el gusto a competir", asegura.

En México fue tercero de su serie y clasificó a los Paralímpicos de Londres 2012. Así, Carinao se fue convirtiendo en una referencia del deporte paralímpico, ámbito al que cree que se mira en menos.

"Creen que es más recreativo, como 'qué lindo lo que hacen'. Hay deportistas convencionales que piensan esto y la gente común más aún, que es menos competitivo que lo otro. El deporte paralímpico recién ahora se está escuchando", asegura. En esto cree que fue clave los triunfos de Cristián Valenzuela en el Mundial de 2011 y en los Paralímpicos. "Si lo comparas con los convencionales por sus logros, tenemos mejores resultados".

Ahora, Carinao entrena para un campeonato en Fortaleza y piensa en su futuro personal. "Me gustaría estudiar, pero me gusta mucho el deporte". Es lo que ha hecho en su vida y lo que lo mantuvo enfocado en su historia de superación.

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