Fuerte presión de EE.UU. estaría detrás del giro de Netanyahu en proceso de paz

<P>En el inicio de la nueva etapa de negociaciones, el primer ministro israelí aseguró que habrá que hacer "dolorosas concesiones".</P>




"Una verdadera paz, una paz duradera sólo puede ser lograda con concesiones mutuas y dolorosas de las dos partes". La declaración del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, al iniciarse el jueves las negociaciones directas con el Presidente palestino, Mahmoud Abbas, en Washington, no dejó indiferente a nadie. Parecía ser un Netanyahu renovado, con una actitud muy distinta a la del duro político que, durante su primer gobierno (1996-1999), no hizo otra cosa que diluir el curso del proceso de paz. Sin embargo, algunos analistas advierten que podría tratarse sólo de un cambio de imagen, no de fondo, y que la suerte de las conversaciones dependerá de las intenciones reales del jefe de gobierno israelí.

Según el analista político israelí Raviv Drucker, "es un nuevo Bibi", usando el apodo con el que se conoce a Netanyahu en su país. "El cambio no está sólo en lo que dice, con un lenguaje que antes era típico de la izquierda (israelí), sino en lo que no dice, porque dejó fuera todas las exigencias que serán inaceptables para los palestinos", aseguró, citado por el diario brasileño Folha de Sao Paulo. Para Ehud Yaari, respetado comentarista televisivo de Israel, el discurso del primer ministro hebreo "podría haber sido perfectamente dicho por Simón Peres (considerado como un político menos duro). Parece que Netanyahu pasó por una transformación sicológica".

Quienes consideran que Netanyahu es otro, el cambio comenzó con un discurso hace un año en la Universidad Bar Ilan, cerca de Tel Aviv, donde se convirtió en el primer líder del Likud en manifestar su apoyo a un Estado palestino al lado de Israel. Una idea que ha repetido desde entonces, eso sí de manera contenida, por lo que muchos ven este gesto como un golpe de marketing. Incluso, The New York Times asegura que "Netanyahu cree que un acuerdo se puede alcanzar bajo su dirección, razón por la que no quiere delegar en los expertos las negociaciones".

Como sea, lo cierto es que el contexto del primer gobierno de Netanyahu y el actual son muy distintos. Actualmente, los atentados suicidas contra la población israelí son casi cosa del pasado, la situación en Cisjordania se ha normalizado (aun cuando la Franja de Gaza esté bajo control de Hamas), la economía israelí va en ascenso y cada vez más vislumbran la amenaza que representa Irán y su programa nuclear como el mayor peligro para el país. Y en todo este panorama no puede obviarse el factor Estados Unidos. Netanyahu es el líder más "americanizado" que ha tenido Israel, ya que gran parte de su formación la hizo en EE.UU. Si bien en el pasado provocó el enojo permanente del entonces Presidente Bill Clinton, la presión de Barack Obama sería inmensa.

"Lo que cambió fue su ideología operacional, ya que necesita de los norteamericanos para sobrevivir políticamente", dice el cientista político Gideon Doron, de la Universidad de Tel Aviv. Según el politólogo y ex diputado del Likud, Moshe Amirab, citado por el diario español El Periódico, el pacto con Washington ya está cerrado y, a cambio de la paz con los palestinos, Obama le habría prometido apoyo en caso de una ofensiva a Irán.

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