Fuertes sismos marcan el desarrollo de la historia del país asiático

<P>El terremoto más letal se produjo en 1923 en Yokohama y dejó 105 mil muertos y 40 mil desaparecidos.</P>




El terremoto de 8,9 grados que sacudió ayer la costa noreste de Japón es el más intenso registrado en este país en los últimos 140 años. Pero movimientos telúricos de gran envergadura se han producido durante toda la historia del archipiélago, que se encuentra en una de las zonas sísmicas más activas del mundo.

Los sismos en Japón son constantes y según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, el país sufre alrededor del 20% de los sismos mayores a magnitud 6 en la escala de Richter que se producen al año en el mundo.

Aunque recién en el siglo XX comenzó a registrarse oficialmente la magnitud de los temblores, hay informaciones de hasta 1.600 años de antigüedad que documentan grandes movimientos telúricos en Japón.

Si bien no se existen datos oficiales, el terremoto del 28 de octubre de 1707 en Hoei, al sudeste del país, hasta ayer era considerado el más potente la historia moderna nipona. El movimiento y el posterior tsunami causaron 5.000 muertos y las olas habrían alcanzado entre siete y diez metros. Según cálculos realizados posteriormente éste habría alcanzado los 8,6° en la escala de Richter y se cree que provocó la última erupción del monte Fuji, ocurrida 48 días después.

En 1891, otro terremoto, esta vez en Mino-Owari, causó 7.000 muertos. Se estima que este fue el último gran terremoto que afectó a Japón y que habría sobrepasado los 8° grados Richter.

Pero si los anteriores sismos habrían sido más grandes en intensidad, el gran terremoto de Kanto del 1 de septiembre de 1923, de 7,9 en la escala de Richter, ha sido el más letal de la historia nipona. El intenso movimiento destruyó la ciudad de Yokohama. Unas 105 mil personas murieron y 40 mil fueron declaradas desaparecidas. La mayoría de las víctimas, eso sí, no falleció por causa directa del sismo, sino en los incendios que se produjeron después.

Pero fue hasta 1995, tras el terremoto en Kobe, que Japón adoptó una serie de medidas para contrarrestar la destrucción que generan los grandes movimientos telúricos y posteriores tsunamis. El 17 de enero de ese año un sismo de 6,9° grados dejó casi 6.500 muertos en esa ciudad. Las imágenes con los daños en las autopistas recorrieron el mundo ese día.

Ante las criticas por los destrozos que causó el movimiento en un país supuestamente preparado, el gobierno cambió sus políticas de prevención de desastres.

En la última década unos tres terremotos han afectado al archipielago nipón. Aunque por su mediana intensidad no causaron una gran cantidad de víctimas.

Así, el 16 de julio de 2007 se produjo un sismo de 6,8° cerca de la ciudad de Niigata. Nueve personas fallecieron producto del sismo y al menos 900 resultaron heridos. Unas 300 construcciones fueron destruidas completamente

Mientras, el 14 de junio de 2008 en Iwate-Miyagi Nairiku otro terremoto de 6.8° mató a 12 personas, 435 heridas y cientos de casas destruidas.

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