Gael García Bernal: "Mi conexión con Chile viene ya de los 80, cuando ganó el No"
<P>El actor mexicano se refiere a su rol protagónico en <I>No</I>, la película que rueda ahora en Santiago. </P>
Bolaño. La conexión es ya un lugar común para los intelectuales mexicanos que algo tienen que ver con Chile. El escritor chileno vivió allá, ambientó sus historias en el país de Cuauhtémoc Cárdenas, del desierto de Sonora y de México Distrito Federal. Y el actor mexicano Gael García Bernal, un oriundo de Guadalajara, se mudó de pequeño a la capital de México, creciendo en los años 80, cuando el PRI (Partido Revolucionario Institucional) aún era el amo y señor de la política local y una gran cantidad de chilenos exiliados habitaba el D.F. Eso sí, para ese tiempo, Roberto Bolaño ya había emigrado hace mucho tiempo a España.
"Pero lo conocí, estoy seguro. Yo era un muchacho, mis padres tenían una compañía de teatro y por ahí lo vi pasar. Claro, también vi pasar a García Márquez. Mis padres se movían en ese tambiente", cuenta Gael García Bernal.
Ese entorno de intelectuales y gente políticamente comprometida le permitió también tratar con cercanía a intelectuales y exiliados chilenos. Aunque fuera un crío y cualquier toma de conciencia se filtrara por osmosis familiar. Por eso, una de las razones de trabajar en la película No de Pablo Larraín fue conectar con una época -fines de los 80- en que sus progenitores tenían 30 y tantos años. La edad que Gael García Bernal tiene ahora.
Justamente ayer cumplió 33, y dice: "Esta película también tiene que ver con mis padres, quienes tenían la misma edad mía en ese tiempo". La cinta, con guión de Pedro Peirano, describe los entretelones de la campaña del No, que en el año 1988 derrotó a Pinochet.
En mitad del rodaje del cuarto filme de Pablo Larraín, García Bernal cuenta que por lo menos ahora ha conocido algo más de Santiago, donde en el 2003 estuvo apenas por seis horas mientras rodaba Diarios de motocicleta de Walter Salles."Hasta ahora hemos hecho básicamente interiores", dice Bernal. El actor se ha entrevistado además con gente como José Manuel Salcedo y Eugenio García, quienes estuvieron detrás de la campaña del No. En el filme intepreta a un publicista, un hombre que se llama Saavedra y que pasa de trabajar en una agencia que está por la campaña del Sí a la que está por el No. Su ex jefe en la compañía del Sí es Guzmán, interpretado por Alfredo Castro.
Usted debe tener muchas ofertas de todas partes del mundo, ¿por qué aceptó estar en esta película?
Vi Tony Manero de Pablo Larraín y me gustó mucho, Creo que las películas de Pablo y su hermano productor Juan de Dios son muy particulares, capaces de caminar por un camino de extrañeza y diferenciamuy difícil de encontrar en el panorama fílmico actual. Y eso es el tipo de cine que más me gusta.
¿Cómo definiría esta película?
No hay mejor definición para esta película que: "Todos sabemos cómo Pinochet llegó al poder, pero nadie sabe cómo lo derrocamos".
¿Cómo es tu personaje?
Es Saavedra, un chileno que se fue exiliado a México y que ahora está de vuelta, imbuido de todo el cosmopolitismo que puede haber significado para alguien haber estado en el México de los 80. Y llega hablando un acento medio híbrido, entre mexicano y chileno. Ahora, para mí esto de hablar de varias formas no es novedad: yo soy de Guadalajara, pero viví siempre en el DF. En Ciudad de México hablo como chilango y en Guadalajara como si fuera de Jalisco. Lo que sí te puedo decir es que el acento de los chilenos es rápido y no mueven mucho la boca. Entonces cuesta entender. Pero aun así me resulta encantador. Conocí a muchos chilenos en los años 80 en México, muchos exiliados, en el mismo edificio. Mi conexión con Chile parte de esa época.
¿Cómo es el ritmo de trabajo de Pablo Larraín?
Nos llevamos bien, pero casi no he tenido vida fuera del set. Nada. Filmamos como promedio 12 horas al día. Hay veces que toca empezar a las 10 de la mañana, pero en otros momentos hay que estar a las 6.
¿Cómo es el tono de la película?
Es una comedia cáustica y a mí me encanta. Lo que más me gusta es actuar en películas que miran la realidad de una forma oblicua.Y además es capaz de 'revolver' y refrescar estos temas de tanta importancia histórica. Además, el guionista Pedro Peirano es un tipo muy chistoso y le da ese carácter a la historia.
Ya que conoció cuando niño a Bolaño, ¿le gustaría llevar al cine Los detectives salvajes?
La primera pregunta es ¿Cómo diablos encuentro a alguien que sea capaz de traducir a imágenes esa novela tan compleja? Ese libro lo llevo muy de cerca, porque me remite a cosas muy cercanas, que yo viví. Me toca. Leo la novela y reconozco los barrios, se me aparecen mis padres. Conozco el barrio de la Condesa en Ciudad de México y sé quiénes son más o menos las hermanas Font, que aparecen ahí. El productor nuestro en Canana Films, Pablo Cruz, alguna vez mantuvo conversaciones para materializarla en guión. Lo único que puedo decir es que si alguien hace una película, tiene que ser una interpretración libérrima del libro, casi como un ensayo. Creo a que a Bolaño le hubiera gustado eso. Así es que si alguien tiene alguna buena idea de cómo hacerla, encantado actúo. Claro que debe convencerme primero.
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