Gazale rompe la maldición de la UC y la mantiene viva en la Copa
<P>Los cruzados lograron salir a flote en la Libertadores gracias a una agónica victoria por 2-1 sobre los hispanos en San Carlos.</P>
El 16 de noviembre de 2011 Daud Gazale salió de la cancha en el minuto 90 después de cambiar la historia de la final de Copa Chile entre la UC y Magallanes. Cuando todo parecía perdido, el delantero envió un derechazo a lo profundo de la red y permitió que su equipo se evitara el bochorno y ganara el campeonato por penales. Sin embargo, al minuto de marcar el valioso gol, una violenta entrada le provocó una grave lesión en un tobillo que lo mantuvo meses inactivo. Hasta anoche.
El 28 de marzo de 2012 Daud Gazale entró a la cancha en el minuto 70 para cambiar la historia de un partido que no era una final, pero sí una instancia decisiva para los cruzados frente a uno de sus rivales más tozudos: Unión Española. Antes de que el delantero conectara el cabezazo que lo devolvió a la gloria, todo parecía encaminado a un final frustrante, como todos los que había tenido la UC en Copa Libertadores.
Una vez más, los universitarios mostraban su marcada bipolaridad. Una cara para el primer tiempo y otra muy distinta para el segundo. Para el complemento, ya era poco lo que quedaba de ese equipo dominante que se había puesto en ventaja tempranamente con la espectacular "palomita" de Roberto Ovelar (8') y que salió a apurar a Unión Española en todos los sectores del campo, con tres hombres de marcada presencia ofensiva. Como en tantas oportunidades durante los últimos meses, el conjunto de Mario Lepe bajó bruscamente las revoluciones y empezó a mostrarse errático. Instintivamente, los cruzados se empezaron a quedar atrás en el campo y los rojos de Santa Laura empezaron a tomar protagonismo, pero carecieron de los circuitos futbolísticos como para poder hacer más daño.
Del otro lado, los locales seguían echando de menos el instinto asesino. Aunque ya no dominaban con la holgura de los primeros 45', se siguieron generando un sinúmero de oportunidades para liquidar el encuentro. El nerviosismo empezó a contagiar a los hinchas, que se tomaban la cabeza cada vez que Trecco, Pizarro o Gutiérrez desperdiciaban clarísimas chances de anotar frente a Eduardo Lobos.
Cuando Matías Campos Toro se fue expulsado, por doble amarilla después de una absurda mano en el área rival, las pesadillas volvieron a rondar en Las Condes. El equipo se echó atrás para defender el resultado y así cayó el empate de Unión, tras el centro de Leonel Mena y el testazo de uno de los jugadores más bajos del campo, Gonzalo Villagra.
Entonces reapareció el salvador. Un minuto después, cuando los hinchas empezaban a masticar la rabia de un nuevo empate, Gazale rompió con la maldición que le impedía a su equipo salir airoso y le entregó una buena cuota de confianza a sus compañeros, que todavía se mantienen en la lucha por llegar a octavos del certamen continental. De paso, eliminó a Junior de Barranquilla, el próximo rival de los cruzados, quienes tendrán que jugarse su opción como forasteros, en Colombia y luego en Bolivia.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.