Gigantes juntaron dos millones de personas
<P>Fue un récord: en sus tres días de presentaciones, las marionetas triplicaron el público que vio a la muñeca en 2007. La compañía Royal de Luxe se despidió regalando 11 mil postales.</P>
De pronto, llovieron postales. En su despedida de Chile, la Pequeña Gigante y el Señor Escafandra lanzaron 11 mil tarjetas con saludos al público que los siguió ayer, en el cierre del montaje callejero de la compañía Royal de Luxe. "Yo no como, yo no hablo, pero yo escucho la voz de Pablo Neruda como la resaca del mar sobre las piedras y me alimento de los olores de la tierra chilena. Estoy con Uds, la Pequeña Gigante", decían las postales.
Una despedida jubilosa, sin lágrimas y con mucha alegría tuvieron las marionetas por parte del público que durante tres días soportó más de 30 grados, desmayos, fatiga y cansancio. Un público fanático que marcó un récord: según Carabineros, en total dos millones de personas vieron el espectáculo de cierre del Festival Santiago a Mil en la capital. Tres veces más que la gente que siguió a la Pequeña en su debut en Chile, en 2007.
"Esta es la muestra más patente de que es posible soñar con un Chile que se une gracias a la cultura", comentó eufórica Carmen Romero, directora del certamen, que hizo su propio cálculo: tres millones de personas.
Como sea, las marionetas demostraron que son un fenómeno masivo y que desata pasión en el país. Ayer había gente desde las 08.00 en la Plaza Bulnes esperando que despertaran. El Señor Escafandra y su sobrina abrieron los ojos recién a las 11.00 para caminar hasta Portugal con la Alameda. Allí descansaron hasta las 18.00, cuando comenzó la caravana final, que fue comandada por dos quiltros callejeros. El público siguió a las marionetas desde todos partes: en la calle, en la azotea de los edificios y desde el Cerro Santa Lucía. Una hora después la Pequeña y su tío llegaban a La Moneda. Y se preparaban para el viaje: partían a Nueva York.
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