Guillermo Lorca, el pintor realista que renovará el rostro del Metro Baquedano
<P>El artista de 25 años se convertirá en julio en el más joven en exponer su trabajo en el metro: pinturas de gran formato que retratan al usuario común del tren. </P>
Nunca despierta a la misma hora, no come frituras ni toma café. Guillermo Lorca, el artista de mirada intensa y uñas salpicadas con pintura, vive prácticamente enclaustrado en su taller. Los seis gigantes retratos que prepara para el metro Baquedano y su próxima exposición lo tienen pintando incluso los fines de semana.
Hijo de la escritora Beatriz García-Huidobro, desde chico las visitas a museos eran un panorama recurrente. "Los grandes pintores me entretenían, emocionaban y me gustaban harto. Me gustaba mucho la pintura de Claudio Bravo", cuenta. De los dibujos en los cuadernos colegiales, pasó al óleo y luego, a los 18 años, entró a clases con Sergio Montero. Dos años después, la decoradora Paula Gutiérrez le encargó un mural de unos 40 metros para la viña Tabalí. Se quedó cuatro meses en la viña trabajando en la pintura y el resultado fue aprobado por todos.
Aburrido de la universidad, se contactó con la Forum Gallery en Nueva York, quien representa al pintor noruego Odd Nerdrum. Preguntó si aceptaba discípulos. "El tiene una forma de pintar que es muy distinta al realismo pulcro, típico de los realistas más clásicos", cuenta Lorca. "En Europa, los pintores se van directo a una academia, no pasan por la universidad. En Chile no hay eso", agrega.
La galería le pidió que mandara sus trabajos y luego de unos meses lo invitaron a pasar una temporada en la casa-taller de Nerdrum, cerca de Stavern, un pueblo a dos horas de Oslo. Lorca se quedó casi un año. Nerdrum tenía dos casas rojas que daban a una playa rocosa: una para su familia, otra para sus estudiantes y su taller. Guillermo pasaba sus días pintando, viendo a Nerdrum pintar, posando o haciendo trabajos de taller.
"Dentro del realismo me interesé mucho por esa pintura medio sucia, con ese ambiente oscuro", especifica el pintor, quien ha sido tildado de hiperrealista. El niega tal adjetivo. "Lo mío es realismo a secas", dice.
A su regreso realizó un mural para el Casino Marina del Sol, en Concepción, y presentó un proyecto al Metro que lo convertirá en el artista más joven en exponer en una estación. Serán seis retratos gigantes que muestran al chileno promedio, usuario del tren subterráneo. En julio se verán en la estación Baquedano.
Para esa misma fecha, Lorca prepara una exposición que aún no tiene sala. El curador, Gonzalo Pedraza, adelanta: "La propuesta de Lorca es la reapropiación actual de las obras de los grandes maestros de la pintura europea. Su mirada ofrece un cambio en el uso del color, en la composición y los temas que presenta, vinculando ideas desde el psicoanálisis".
Esto calza con lo que dice Lorca sobre su próximo trabajo: "Tiene que ver con miedos infantiles y es un poco más siniestro. Me interesa la relación con el otro, lo que no sabes del otro".
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