Guionista emblemático de las teleseries de TVN se va tras 17 años

Su nombre está marcado a fuego con el área dramática de TVN. Desde Estúpido cupido (1995) hasta Su nombre es Joaquín (2011), su firma estuvo ligada fundamentalmente a exitosas teleseries, pero hace dos semanas decidió no renovar contrato, tras 17 años en la televisora. "Me fui por agotamiento, trabajé sin parar mucho tiempo. Quiero descansar y renovarme", dice el guionista, quien junto a Vicente Sabatini y Claudia di Girólamo formaron una trilogía de oro para las telenovelas vespertinas de la televisora.

"Por ahora no pienso en televisión, pero más adelante me gustaría incursionar en series. Este es el momento de replantearme sobre la industria, las teleseries, y mirarlas desde otra perspectiva", resume el también director de teatro, quien partió en el canal estatal con polémica: la historia de una monja que dudaba de sus votos en los años 60, interpretada por Di Girólamo, causó polémica en su época. Tras ella vinieron Sucupira (1996), Oro verde (1997), La fiera (1999), Pampa ilusión (2001) y El circo de las Montini (2002), que promedió 36,1, el rating más alto de sus producciones.

En 2003, y tras ocho años de éxitos consecutivos, escribió Puertas adentro, que marcó alta sintonía (30,4 puntos), pero fue derrotada por Machos. Con Los Pincheira (2004) recuperaron el primer lugar de audiencia y luego, Los Capo le dio la primera gran derrota al entonces dream team de las teleseries locales. Tras Cómplices (2006), Carrasco pasó a trabajar con María Eugenia Rencoret en la dirección: El señor de la querencia fue un éxito de crítica y audiencia, pero Hijos del Monte, Martín Rivas y particularmente Su nombre es Joaquín dejaron en evidencia cierto agotamiento. La última apuesta, que marcó 13 puntos, fue el punto de inflexión.

"Con Vicente (Sabatini) tuve una experiencia fantástica de crecimiento, vivimos una etapa muy importante, pero mi trabajo con 'la Quena' (María Eugenia Rencoret) fue igual de valioso para mí", dice Carrasco sobre los dos directores con los que trabajó en TVN.

"Ahora mi interés tiene que ver con los contenidos y con aportar algo más que entretención, influir en la discusión me parece superimportante", asegura el escritor, quien dice no haber recibido ofertas de otros canales y asegura que por ahora tampoco las espera.

En lo inmediato, señala que quiere dedicarse a la apertura de su sala de teatro La Palabra. "Estoy esperando la resolución de la Corte de Apelaciones de Santiago por un recurso de protección para que la Municipalidad de Providencia nos devuelva la patente que me quitaron al poco tiempo de haber comprado el teatro", explica. Además, estrenará en enero la obra Bailando para ojos muertos, del dramaturgo Juan Radrigán.