Guy Ritchie: "¿De qué va una película de espías, sino de salvar el mundo?"

<P>El director inglés presenta su nueva cinta, <I>El agente de C.I.P.O.L.</I>, con Henry Cavill. </P>




Antes de que empiece la charla, Guy Ritchie (1968) advierte entre risas al periodista de que quizás los sofás del hotel sean excesivamente mullidos: él mismo está hundido en uno. Ritchie atiende a la prensa a raíz de su último filme, The man from U.N.C.L.E. o El agente de C.I.P.O.L., una de espías en la Guerra Fría, mientras disfruta de un estatus privilegiado en Hollywood. Y eso que hace una década muchos profetizaron el final de su carrera, después de los desastrosos resultados de Barridos por la marea, en la que dirigió a su ex mujer, Madonna, y que a punto estuvo de costarle (muy) cara: "¿Qué si pensé en dejarlo? Sí, claro que pensé en dejarlo. ¿Sabe cuál es el problema? Que no sé hacer nada más", se sincera.

Con El agente de C.I.P.O.L., que llegará a Chile en las próximas semanas, el director espera repetir el éxito de sus dos entregas de Sherlock Holmes y crear una nueva franquicia. "Hay dos cosas en las que nunca hay que confiar: las expectativas y el tiempo en Londres. No tengo ni idea de cómo va a funcionar la película ni del tiempo que hará esta tarde en Londres. Ahora está nublado y es probable que permanezca así; sin embargo, igual por la tarde sale el sol, y entonces te alegras de vivir en Londres. Pasa lo mismo con las películas: si crees que el primer fin de semana vas a ganar 150 millones de libras, lo más probable es que acabes sintiendo como si te hubieran lanzado un piano desde un ático. Así que, sí, me gustaría que pudiéramos seguir contando las aventuras de los protagonistas de El agente de C.I.P.O.L., pero prefiero ir paso a paso", dice Ritchie.

Serie de culto

La película está basada en la serie de culto The Man from U.N.C.L.E., que protagonizaron Robert Vaughn y David McCallum desde mediados hasta casi finales de los sesenta. "¿Por qué esto y por qué ahora? Bueno, digamos que creo que el mundo no ha cambiado demasiado estos años y que si quieres explicarle a alguien lo que es la Guerra Fría basta con pedirle que ponga la televisión y preste algo de atención. No hay muro, ni perros, ni alambradas en Berlín, pero todo lo que pasaba en aquella época está sucediendo de nuevo. Por eso creo que, por más que sea básicamente una fantasía, El agente de C.I.P.O.L. tiene un punto de relevancia sociopolítica… aunque, todo quede dicho, hemos hecho una película de acción porque de eso se trataba, de salvar el mundo. ¿De qué sino iba a ir una buena película de espías?".

Ritchie arrancó su andadura profesional con Lock & Stock a la que siguió el bombazo de Snatch: cerdos y diamantes, algo que al británico le provocó algunos dolores de cabeza: "Cuando tu primera película funciona muy bien en la taquilla y la segunda mucho mejor, todo el mundo espera que la tercera le dé una tonelada de dinero. Pero mi tercera película (Barridos por la marea) fue un auténtico fracaso. Recuperarme ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida y me enseñó muchas lecciones, entre otras que el éxito se va y vuelve con una facilidad irritante y el tipo que es el número uno ahora podría estar acabado mañana. Y al revés. Es como el tiempo en Londres. ¿Ve? Esa metáfora siempre funciona", bromea el realizador.

El agente de C.I.P.O.L. está protagonizada por dos actores en boga: Henry Cavill y Armie Hammer. El primero es el nuevo Superman en las películas de Zack Snyder, y el segundo El Llanero Solitario -"a Armie no le gustaría ese ejemplo" recuerda sonriendo el director; "no le fue demasiado bien"-. "Quería dos tipos físicos, pero que supieran transmitir algo, más allá de la fuerza bruta. Son tipos grandes y fuertes, pero poseen la sensibilidad necesaria como para transmitir su complicidad al espectador" explica el realizador, quien se encuentra rodando su nuevo proyecto, Knights of the roundtable: King Arthur, enésima versión de la historia del Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda. "Es un reto, pero queremos modernizar la historia. Y no, no voy a contarle nada más. No es que no quiera dejarle hacer su trabajo, es que he firmado un montón de contratos de confidencialidad y si le contara algo podrían matarme. Les estaría legalmente permitido", cuenta.

A punto de casarse cuando se realizó esta entrevista, Ritchie cree estar en su mejor momento: "Me siento bien, la verdad. Ha sido un camino complicado, he pisado algunas minas, pero siempre he logrado volver a ponerme en pie. No es fácil soportar los baches; a veces llegan en los momentos más insospechados y hacen que te tiemblen las piernas. ¿Aprender de las derrotas? No sé si las llamaría derrotas; a lo mejor no es la palabra correcta, pero definitivamente sí que puedes aprender de las malas elecciones. Es como el tiempo en Londres, ¿le he hablado ya de eso?".

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