"Hay grandes similitudes entre el tsunami del sur y mi película La frontera"

<P>El director afirma que para realizar el filme premiado en Berlín 1992 recolectó testimonios de sobrevivientes del terremoto de 1960 en Valdivia que eran muy parecidos a los casos de los actuales afectados. La cinta con Patricio Contreras se ambientó en el pueblo de Puerto Saavedra, barrido por un maremoto hace 50 años.</P>




La imagen del actor Patricio Bunster dentro de una iglesia mientras se le viene encima una gigantesca ola quedó en la retina de varios espectadores al ver la película La frontera, que en el año 1992 se llevó el Oso de Plata en el festival de Berlín. El largometraje de Ricardo Larraín contaba la historia de Ramiro Orellana (Patricio Contreras), un profesor relegado al sur de Chile por actividades de agitación sindical. Ambientado durante la dictadura , el filme se rodó en la aislada localidad de Puerto Saavedra, pueblo de la Novena Región famoso por sus vaivenes marítimos. Es ahí donde Ramiro se enamora de Maite (Gloria Laso), una española a la que el mar le arrebató a su hijo y madre. La cinta presenta un pueblo con toques de realismo mágico, que desaparece bajo las olas de un nuevo maremoto.

"El elemento capital de la película es el maremoto, fue casi lo primero que se me ocurrió. La película es sobre la identidad nacional, y en ese sentido debe estar la inclusión de una catástrofe natural. Todas las familias chilenas consideran la posibilidad de que haya un terremoto, toda nuestra costumbre esta metida en el cataclismo", explica Larraín.

La cinta, que además obtuvo el Goya a la Mejor Película de Habla Hispana tuvo como referente el terremoto y maremoto de Valdivia el 22 de mayo de 1960, que además afectó diversas localidades costeras más pequeñas, incluyendo Puerto Saavedra. La gente, frente a lo que estaba sucediendo, corrió a los cerros, especialmente hacia el Stella Maris, donde se encuentra el cementerio. Se necesitaron años para que la comuna recuperara su población y la tragedia marcó la historia de sus habitantes. Las consecuencias se pueden apreciar en las ruinas que se mantienen hasta el día de hoy y que se ven en el filme de Larraín.

"Para hacer La frontera investigamos básicamente los relatos del maremoto de 1960 en Puerto Saavedra", recuerda Larraín. "Me tocó estudiarlo y recrear situaciones como gente arrancando de una avalancha de mar que se va llevando las casas, con todo el espantoso ruido que se produce en la noche. Estuvimos seis meses realizando recopilación de datos", puntualiza el cineasta, quien ve evidentes similitudes entre su película y lo que sucedió el sábado 27 de febrero. "Es curioso, porque la película relata un maremoto y un terremoto, y ahora que escucho los relatos de las comunidades costeras de la VII y VIII Región, compruebo que la gente dice lo mismo que nos dijeron los habitantes de Puerto Saavedra cuando nos documentamos para el filme. Hay grandes similitudes", dice el director.

En la cinta, el cataclismo ocurre durante la noche. "De hecho, la idea de la gente arrancando con lo puesto en medio de la oscuridad es bien parecida a lo que sucedió ahora. Lo peor es que tras el maremoto, el viejo Puerto Saavedra debió cambiar de ubicación y el que existe ahora está construido en realidad al lado del antiguo. Eso enfrentarán tal vez varios de los poblados de ahora", reflexiona.

"Ver las imágenes en la televisón es como un deja vu", deja escapar el director. Acerca de la cultura de los maremotos o tsunamis, asegura que en Puerto Saavedra por lo menos "los más viejos saben que la única solución es arrancar lo más rápido posible y hacia los cerros".

Uno de los personajes centrales y más recordados de La frontera es el buzo, quien jamás se saca su viejo traje por miedo a las fuerzas elementales. "Es un tipo obsesionado con el mar y todo el día usa su traje, confiado en que lo resguarda. Incluso tiene la teoría de que hay dos tipos de mar y que cuando uno de ellos se calienta viene un maremoto", dice Larraín.

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