Helmand, la conflictiva provincia afgana bajo control talibán que complica a EEUU
<P>En esta zona del suroeste afgano se concentran los ataques a las tropas occidentales. Helmand es clave para el financiamiento de los talibanes debido a sus grandes cultivos de opio.</P>
A comienzos de mes, la difusión de una fotografía del marine norteamericano Joshua Bernard, de 21 años, agonizando tras la explosión de una granada lanzada por insurgentes talibanes, colocó nuevamente a la provincia afgana de Helmand en el centro de la noticia. Considerado uno de los bastiones tradicionales de los talibanes y escenario de numerosos atentados contra las fuerzas occidentales, ese territorio del sur de Afganistán también tiene el triste récord de concentrar la producción de casi la mitad del opio mundial, cultivo del cual los rebeldes están sacando jugosos beneficios.
Con una población de 1,4 millón de habitantes y una superficie un poco mayor a la de Suiza, Helmand está entre las más grandes provincias del suroeste de Afganistán. Este territorio ha sido un foco particular de los esfuerzos militares de EE.UU. este año para frenar la insurgencia talibán, incluido el despliegue aerotransportado más agresivo desde la guerra de Vietnam. La "Operación Khanjar" (golpe de espada), lanzada en julio pasado, movilizó a 4.000 marines para despejar de talibanes la zona del río Helmand antes de las elecciones del 20 de agosto.
Según la National Public Radio de EE.UU., Helmand se ha tornado en un "punto caliente" muy volátil , luego que agosto pasado se convirtiera en el mes con más fallecidos (77 efectivos) para las fuerzas estadounidenses desplegadas en Afganistán desde la invasión de 2001. De acuerdo con el sitio web Icasualties, de los 1.410 soldados muertos desde el inicio de las operaciones, Helmand concentra la mayor cantidad, con 309.
Uso de minas terrestres
La poderosa ofensiva aliada parece haber forzado a los talibanes a intensificar la utilización de minas terrestres y "artefactos explosivos improvisados", responsables de varias de las bajas militares occidentales. "Hemos modificado nuestra táctica. Los mujaidines ahora tienen órdenes de poner minas, desarrollar una guerra de guerrillas e incrementar los ataques suicidas", reconoció el portavoz talibán, Qari Yusuf Ahmadi, en declaraciones recogidas por el Institute for War and Peace Reporting.
Hasta abril pasado, cerca del 60% del territorio de Helmand estaba bajo control total de los talibanes, según la revista Foreign Policy. Citando a altos oficiales de los Marines, la publicación norteamericana destacó que el 20% de los talibanes en esa provincia eran "ideólogos", que no eran de esa zona y que recibían fuerte influencia del comando central de los insurgentes en Pakistán. El otro 80% de los islamistas fue definido como "oportunistas" que reciben pago de los talibanes por plantar bombas contra blancos occidentales. Mientras los rebeldes pueden llegar a recibir US$ 300 mensuales de parte de los talibanes, los policías afganos con suerte ganan US$ 100 al mes, según fuentes de inteligencia estadounidenses.
Y para pagar esas prestaciones, los talibanes recurren al negocio de la droga. Así lo sostiene la Radio Pública Nacional de EE.UU., la cual asegura que los insurgentes reciben entre el 40% y el 70% de sus ingresos del comercio de la heroína. Afganistán produce el 90% del opio mundial, que sirve para la producción de heroína. Y sólo Helmand es responsable de la producción de casi la mitad del opio mundial. Las ofensivas militares en esa provincia hicieron que la superficie cultivada de esa droga se redujera en un tercio, según la ONU. En 2009, la producción de heroína se ha reducido un 10%, a 6.900 toneladas, tras las 7.700 toneladas de 2008, indicó el organismo.
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