Hija de Pilar Pérez: "Se dedicó a hacerme la vida imposible (...), siempre me sentí su enemiga"
<P>Rocío Zamorano señaló que engañó a su madre el día de su matrimonio para impedir que llegara a frustrar la ceremonia.</P>
"La imputada" o "señora". Solo así se refirió ayer a su madre Rocío Zamorano Pérez (32), la hija de María del Pilar Pérez López (58), durante el juicio que se sigue en contra de la arquitecta por los asesinatos de su ex marido, Francisco Zamorano; su pareja, Héctor Arévalo, y del economista Diego Schmidt-Hebbel, registrados en 2008 en Providencia.
Vestida de negro, se sentó frente a su madre y se subió las mangas del chaleco dejando a la vista un tatuaje con la frase: "Te quiero papá".
En su testimonio, Rocío Zamorano aseguró que "desde el día en que llegué a este mundo, esta señora se dedicó a hacerme la vida imposible (…), siempre fui una hija de segunda clase para ella. Siempre me sentí su enemiga". Esta declaración provocó un quiebre de Pilar Pérez, quien, entre sollozos, escuchó las acusaciones de su hija mayor.
Para la testigo, el carácter "materialista, muy clasista, muy miradora en menos" de su madre, habría gestado las serias diferencias familiares que, a juicio de la fiscalía, motivaron que la arquitecta supuestamente ordenara los homicidios de su ex esposo, Francisco Zamorano, y de su familia. "No era la primera vez que la señora Pilar mandaba a matar", recordó Rocío Zamorano.
Las disputas con su madre se agudizaron en 2004, cuando la mujer se enteró de que su hija se casaría con Rodrigo Arroyo, a quien Pilar Pérez se refería como un "muerto de hambre". En esa oportunidad, contó, su madre "lo amenazó diciéndole que anduviera con cuidado, porque algo le podía pasar"
Por esa razón, el 5 de enero de 2005 -día de su matrimonio- la pareja engañó a la arquitecta sobre el lugar de la ceremonia para que no llegara. Para ello reservaron una hora en el Registro Civil de Peñalolén y paralelamente otra en Curacaví. "Nos casamos escondidos de la señora, ya que ella misma nos confirmó (en la cárcel) que sí había acudido al Registro Civil de Peñalolén a impedir nuestro matrimonio"
Quiebre
Pese a su alejamiento, el crimen de su padre -ocurrido el 23 de abril- la llevó a retomar un diálogo "cordial" con Pilar Pérez, ya que, explicó, "quería obtener información de parte de ella y aclarar mis dudas" respecto de su participación en los hechos.
Según narró, el homicidio de Diego Schmidt-Hebbel del 4 de noviembre y el posterior arresto de su madre dos días más tarde impulsaron una cercanía aún mayor entre ambas. Esto, hasta que el 4 de marzo del 2009, Pilar Pérez le entregara a su esposo una carta "en la cual nos quería hacer partícipes de un plan para que, otra vez ofreciendo plata, el sicario (José Ruz) se desdijera de sus dichos".
Es por esta razón que, aseguró, "me di cuenta de que era una prueba fehaciente de su culpabilidad", lo cual, sumado a las pruebas que el Ministerio Público le enseñó, la llevaron a entregar su declaración en contra de su madre frente a los jueces que determinarán su futuro.
Pilar Pérez enfrentó con su acostumbrada frialdad el testimonio de su hija. Pero bastaron 10 minutos para que la impavidez de Pilar Pérez se transformara en llanto al escuchar a su hija.
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