Hijo de Kim Jong Il asume en medio de dudas sobre su capacidad de liderazgo

Los medios oficiales norcoreanos fueron claros en señalar quién sucedería a Kim Kong Il. Y apuntaron unánimemente a su hijo, Kim Jong Un, tal como se venía anunciando al menos desde el año pasado. Sin embargo, los analistas echan un manto de dudas sobre si el joven, de unos 28 años, será capaz de tomar las riendas del poder de esa cerrada nación y sobreponerse a los militares y a la cúpula que adquirió privilegios en los 17 años de "reinado" de su padre.

Al anunciar el fallecimiento de Kim Jong Il, la cadena oficial de TV llamó al pueblo norcoreano a apoyar a su hijo y previsto heredero, Kim Jong Un. "Todos los miembros del partido, personal del Ejército y el público deben seguir fielmente el liderazgo del camarada Kim Jong Un", dijo un emocionado presentador, vestido de negro, en la televisión nacional.

Y horas después, Kim Jong Un fue elegido presidente del Comité Funerario Nacional, tras lo cual se declaró luto nacional del 17 al 29 de diciembre y que los restos del fallecido gobernante serán expuestos en el Palacio Kumsusan, donde se recibirán las condolencias de los ciudadanos. Una ceremonia solemne de despedida se celebrará el día 28 y el 29 habrá un funeral nacional. Según los comunicados, todas las administraciones, instituciones y empresas del país deberán realizar servicios de recuerdo al "Querido Líder". Y se aclaró específicamente que no se permitirá la presencia de delegaciones extranjeras.

Ante la súbita muerte de su padre, Kim Jong Un pasó de ser el "respetado general" de Corea del Norte al "Gran Sucesor". Se trata de una precaria promoción para un joven virtualmente desconocido, incluso para el pueblo norcoreano, hasta hace un año. De hecho, su nula experiencia política acrecienta las dudas de su capacidad para gobernar y si tendrá la fuerza para mantener a raya los poderes que se han mantenido latentes en estos años de dinastía Kim. Analistas consideran que el entierro será clave para Kim Jong Un, para hacer una demostración de unidad nacional, no sólo junto a su padre, sino detrás suyo. "La primera prueba del nuevo liderazgo será el manejo de la muerte en sí misma", dijo John Delury, profesor de la Universidad Yonsei, de Seúl, citado por el diario The New York Times.

El fallecimiento aceleró el proceso sucesorio, que comenzó hace poco más de un año, un escaso lapso para Kim Jong Un para adquirir experiencia, lograr peso político y disipar las dudas, tanto internas como externas, de que pueda encabezar una nación de 25 millones de personas. En contraste, su padre dispuso de 20 años de preparación antes de que su propio progenitor, el fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung, falleciera en 1994. Por ese motivo, no se descarta que el nuevo gobernante aproveche un período de luto para asentar su poder, tal como lo hizo su padre. Kim Jong Il guardó tres años de luto tradicional antes de asumir formalmente el control de la nación.

Por otra parte, y coincidiendo con el anuncio de la muerte de Kim Jong Il, las fuerzas de combate norcoreanas dispararon un misil de corto alcance en el este del país, aseguró ayer la agencia de noticias surcoreana Yonhap, citando al gobierno de Seúl. Sin embargo, no se cree que el lanzamiento esté relacionado con la muerte de Kim y pretenda provocar a su vecino del sur. En reacción a la muerte de Kim Jong Il, las Fuerzas Armadas surcoreanas aumentaron la disposición de alarma ante la preocupación por la inestabilidad en la región. La península de Corea se encuentra legalmente en estado de guerra, pese al fin de la contienda (1950-53), ya que hasta ahora no se ha firmado un acuerdo de paz.