Homenaje en las bodas de oro

<P>A 50 años de la victoria que bautizó al rugby argentino, la historia se vuelve a repetir en Sudáfrica. </P>




En el Kings Park, de Durban, se entona el himno patrio argentino en extenso. En la cancha, los Pumas lo cantan con fuerza frente al público sudafricano y un puñado de hinchas trasandinos. La emoción se expresa en los rostros de los albicelestes con lágrimas, puños apretados y profundas inhalaciones. Es un día especial, pues se rememora la génesis del apodo que le entregó la identidad al rugby argentino, hace ya 50 años. La arenga soñada.

Y tal como aquel 19 de junio de 1965, cuando Argentina derrotó a los Junior Springboks por 11-6 en su primera gira fuera de Sudamérica, ayer los Pumas superaron con grandeza a su par africano. La primera vez en partido oficial: 37-25 fue la cuenta a favor, obra de un try de Marcelo Bosch, las patadas de Juan Martín Hernández y un iluminado Juan Imhoff, que homenajeó a su padre -Juan, parte de aquella generación del 65', presentes todos ayer en Durban- con un hat trick.

Desde el principio del match que los trasandinos impusieron su ritmo. La temprana conquista de Bosch y la impecable conducción de Tomás Cubelli le dieron el control del juego frente a Sudáfrica, que presenciaba atónita como los argentinos se le venían por todos lados.

El juego físico y las formaciones de line y maul, principales fortalezas de los verdes, fueron sus armas. Acortaron distancias, pero nunca pudieron superar a la visita. Aunque el apertura Handré Pollard intentó contrarrestar apuntando a los palos, y Lood de Jager con un try, el expresivo 27- 13 con el que se fueron al descanso fue el mejor reflejo del planteamiento celeste.

La victoria, la segunda de Argentina en el Rugby Championship, estaba abrochada y ni Bryan Habana, el histórico wing sudafricano que ayer fue el último en descontar mediante el try, pudieron revertirla.

50 años después de la hazaña, la selección del jaguar que en Sudáfrica confundieron por puma, reescribió una romántica historia.

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