Honecker tildó a Gorbachov de "canalla" y a Yeltsin de "borracho" en cartas de 1992
<P>Un libro contiene las misivas que el ex jerarca comunista alemán le mandó desde la cárcel a su esposa Margot, quien ya estaba en Chile.</P>
Erich Honecker permaneció 169 días en la cárcel de Moabit en Berlín a la espera de un juicio que nunca se realizó. Durante ese tiempo, el ex jerarca comunista de la desaparecida RDA tuvo un gesto que recién ahora será conocido por la opinión pública alemana en la forma de un libro que lleva como título Letzte Aufzeichnungen (Ultimos apuntes), que saldrá a la venta próximamente.
El libro, al que tuvo acceso la revista Super Illu, contiene los apuntes que Honecker escribió, en la soledad de su celda, a su esposa Margot, que ya se encontraba en Chile, y reflejan el estado de ánimo del ex líder comunista aquejado por un cáncer, la profunda decepción que sentía por Gorbachov y la amargura por el destino que le reservaba la historia.
El "diario de vida" de Honecker escrito en la cárcel suma 400 anotaciones a mano y todas dirigidas a su esposa, a quien llama cariñosamente "Meine Kleine" ("mi pequeña"). Honecker comenzó a escribir sus apuntes el 16 de junio de 1992. Ese día, el ex jefe de la RDA aterrizó en Berlín, después de vivir 16 meses en Moscú, de los cuales, los últimos seis en calidad de asilado político en la embajada de Chile. Pero el regreso de Honecker a Berlín no fue voluntario. La Unión Soviética había dejado de existir hacía seis meses y el gobierno chileno fue sometido a presiones para que pusiera fin al asilo del matrimonio en la embajada.
Finalmente, Alemania prometió que Honecker no sería llevado ante un juez y que después de un tiempo prudente en la cárcel, sería liberado por razones de salud. Así, luego partió a Santiago, donde falleció en mayo de 1994.
"Berlín a la vista. La ciudad está bañada por el sol de la tarde". Con estas palabras, el ex hombre fuerte de la Alemania comunista inició su diálogo solitario con su esposa. "Después de 57 años vuelvo a contemplar el complejo de Moabit por dentro. En la Navidad de 1935, la Gestapo me encarceló durante un año y medio. ¿Cuánto tiempo permaneceré ahora?".
Durante su permanencia en prisión, Erich Honecker tuvo tiempo para reflexionar sobre su vida como líder de la RDA, pero optó por culpar a terceras personas de los errores de su régimen. Por ejemplo, a Mijail Gorbachov a quien califica como un "traidor" y lo hace responsable de la implosión del imperio soviético.
"Veo a la Perestroika como una tragedia para la humanidad", escribió Honecker el 11 de agosto de 1992. Y después de escuchar en la radio que Gorbachov sería nombrado ciudadano de honor de Berlín, escribió que el partido comunista soviético, bajo el liderazgo de Gorbachov, entregó al imperialismo a la URSS y al Pacto de Varsovia por un puñado de dólares. "¿Acaso nadie se ha dado cuenta que tipo de canalla es?", escribe el ex líder de Alemania Oriental.
Sobre Boris Yeltsin, supuestamente el hombre que lo traicionó en Moscú, es más contundente. El viejo jerarca comunista alemán se alegra de no tener más miedo del "borracho", a quien acusa de poner a la venta la URSS.
En su largo diálogo con su esposa Margot, el ex líder comunista describe a su país, que ya había desaparecido voluntariamente del mapa político europeo, como el "bueno" y a la República Federal de Alemania como la "mala". Su enfermedad terminal es un tema recurrente y en varias anotaciones admite que se encuentra "esperando a la muerte". Pero no está resignado y admite que desea enfrentar a un juez para defender a su régimen.
En su primera comparecencia ante un juez, el 3 de diciembre de 1992, Honecker confesó que el socialismo podía ser mejor que el capitalismo, pero que su país había sido un "experimento fracasado".
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