Hotel ofrece habitaciones hechas en barricas en el valle de Colchagua
Barricas de raulí de más de cinco décadas de antigüedad, que en su minuto albergaron 45 mil litros de vino, serán ahora habitaciones de un hotel-boutique que se construye en pleno valle de Colchagua. El proyecto, llamado Cava Colchagua, está en su etapa final de construcción y tiene prevista su apertura para mediados de año.
En su primera fase tendrá ocho habitaciones decoradas con un estilo rústico y un pabellón central de 600 metros cuadrados, donde estarán los servicios generales para los huéspedes, la administración y una cava subterránea que operará como bar los fines de semana.
Los dueños de la iniciativa son los hermanos Patricia y Francisco Ravanal, una ingeniera comercial y un abogado que son nietos de Teodoro Ravanal. Este fue uno de los primeros viñateros del valle de Colchagua y padre de Raúl y de Mario Ravanal, el tío de los socios del hotel, que hoy controla la Viña Ravanal.
"Vimos la posibilidad de conservar la tradición, pero en un hotel desarrollado en viejas barricas", cuenta Francisco Ravanal, quien ideó el proyecto junto al arquitecto Robinson Quezada. Patricia agrega que su apuesta es que los huéspedes vivan una experiencia diferente en Colchagua, uno de los valles más destacados del mundo en los últimos años por su desarrollo turístico y enológico.
"Vemos que hay bastante potencial, principalmente porque las inversiones que ha hecho Carlos Cardoen lo que ha significado que la zona sea reconocida, pero falta mucho en turismo aún y nosotros queremos aportar con la experiencia de dormir en una barrica", comenta la socia del hotel.
Sostiene que con la idea en la mano y apoyados por sus padres adquirieron el terreno, que está a unos tres kilómetros de Santa Cruz, por la ruta que une la capital de Colchagua con Palmilla, y que luego lo presentaron a Corfo Innova, que hoy financia poco menos de 15% de la iniciativa.
El hotel está enfocado en turistas extranjeros y nacionales y el alojamiento tendrá un valor cercano a $ 120 mil por noche. En una próxima etapa planean ampliar las instalaciones para recibir a familias y ofrecer servicios de spa basados en vinoterapia. Del mismo modo, explorarán la realización de eventos para empresas.
El hotel también tendrá una piscina frente a 7.500 metros cuadrados plantados con parronales, un espejo de agua, jardines, y un parque. La zona trasera del predio colinda con un río.
Dependiendo de la demanda, los hermanos Ravanal podrían ampliar el establecimiento, hasta llegar a unas 35 habitaciones, también en barricas. Y si bien en el lugar no fabrican vino, tendrán convenios con viñas de la zona, para que los turistas puedan conocer el proceso de elaboración.
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