Huerquehue, el panorama más verde de Pucón
<P>A sólo 45 minutos de la capital turística de la Araucanía, este parque nacional se convierte en una excelente escapada durante la temporada de verano, siendo un digno competidor del mucho más popular parque Villarrica. Ideal para familias y amantes de la naturaleza, su carta de presentación son los bosques de araucarias y las lagunas andinas. </P>
RR
EL CALOR del mediodía aplasta a quienes llegan, mochila al hombro, hasta las dependencias de Conaf en el Parque Nacional Huerquehue. La luz del sol se refleja en las intensas pero tranquilas aguas azules del lago Tinquilco, y los árboles de lenga se mueven al ritmo del viento interrumpiendo el silencio del lugar. A nuestras espaldas, se erige el imponente volcán Villarrica.
Los guardaparques afirman que al menos 2.000 turistas visitan Huerquehue cada mes. Sus atractivos naturales y su cercanía al balneario de Pucón justifican su creciente popularidad. La gran mayoría de los turistas son alemanes, franceses, holandeses e israelíes que realizan ecoturismo, aunque cada vez se suman más chilenos.
El parque cuenta con alojamiento, áreas de camping y picnic, zonas de playa y una larga red de senderos que en total comprende 43 kilómetros. Algunos disfrutan Huerquehue por el día, pero otros aprovechan sus instalaciones y realizan trekking de varios días. Su gran atractivo son sus 29 lagunas andinas alimentadas por vertientes, que bajan desde las altas montañas, muchas con vías de acceso, a la espera de los acalorados turistas que se atreven a darse un baño en sus heladas aguas.
Para internarse en el Huerquehue hay que iniciar el trekking en el sendero Los Lagos de 8,8 kilómetros) en dirección al noreste. Por allí se accede a los lagos Chico, Verde y la laguna Toro, todo bajo exuberantes bosques de araucarias milenarias. Quienes se aventuren con equipamiento se darán cuenta de que las primeras dos o tres horas no son juego de niños, ya que el sendero tiene un ascenso de 700 metros en una ruta que zigzaguea bajo mañíos, coigües y tepas, que alivian con su sombra durante las jornadas calurosas.
El primer gran atractivo se encuentra en el tramo inicial: la cascada Nido de Aguilas, una caída de agua de más de 50 metros por encima de la roca. Para llegar es necesario tomar un desvío de 400 metros, ideal para descansar y comer algo. Continuando con el ascenso, un par de miradores nos deleitan con vistas del lago Tinquilco, Pucón y el volcán Villarrica a la distancia.
Cuando ya los pies no aguantan más, hace su aparición el lago Chico en una alta meseta a más de 1.100 metros de altura. Se trata de uno de los más hermosos, tanto por su tamaño como por estar rodeado de verdes boques de lengas y las primeras araucarias. Este lugar es ideal para hidratarse, ya que está el desagüe del lago con sus cristalinas aguas de vertiente. Desde aquí el sendero es mucho más suave, pues salvo excepciones, continúa por un terreno relativamente plano.
Vecino al lago Chico está la laguna Toro. Aquí las araucarias se elevan varios metros del piso y por sí solas justifican el viaje. El sendero bordea el lado norte del lago, donde encontramos algunos miradores y a un grupo de gente pescando. Dicen que es el mejor sitio del parque para la pesca de trucha arcoíris, la que es autorizada por Conaf pero con devolución. Con un poco de suerte, es posible avistar zorros culpeo, aguiluchos, pájaros carpinteros, ranitas de Darwin y el simpático marsupial conocido como monito del monte.
Al terminar el sendero Los Lagos, se entra en otro de mayor dificultad: Los Huerquehues, que tiene 20,7 km en total. Avanzando en este por pendientes pronunciadas se obtiene una excelente vista del lago Caburgua. Luego, tras una bajada no exenta de complejidades, se accede al camping rústico Renahue, que posee baños, agua potable, y fogones. Además, muy cerca de ahí se puede comprar pan amasado y huevos de campo.
El camping Renahue es un excelente lugar para pasar la noche, y así el día siguiente continuar por el sendero Los Huerquehues en dirección al este, a las termas de Río Blanco o San Sebastián. La entrada tiene un costo de $ 3.000 por persona y sus posones, con aguas que bordean los 40 °C, tienen una increíble ubicación junto al río. El camino hasta ahí toma unas tres horas, en un valle entre montañas donde hay bosques de coigüe, vacas pastando, casitas de madera y algunos ríos.
Lo recomendable es regresar de las termas y dormir nuevamente en Renahue, para asegurarse un regreso tranquilo, aprovechando de visitar otro atractivo que pasamos por alto en el camino de ida: la laguna Verde, unos 500 metros al oeste de la laguna El Toro, donde varias familias disfrutan de un buen chapuzón en sus aguas calmas y poco profundas.
Otras opciones dentro del parque son el sendero Quinchol, de 5 kilómetros, pero recomendado sólo para gente preparada, ya que su dificultad es alta y tiene pendientes bruscas. Desde arriba ofrece hermosas vistas a los lagos, volcanes y el avistamiento de cóndores.
También en la entrada del parque se puede tomar un bote hacia la ladera norte del lago Tinquilco, hasta el camping Olga, y que durante media hora de recorrido permite apreciar el paisaje y la fauna del lugar. Finalmente, y para quienes tienen poco tiempo, está la opción del sendero Ñirrico (autoguiado y de 0,8 km), que se conecta con el sendero Los Lagos por la ribera del lago Tinquilco.
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