Impacto de situación externa en economía chilena

El cuarto episodio de deflación en dólares en el mundo en los últimos 20 años encuentra a Chile enervado por reformas anti emprendimiento privado.




LA SEMANA pasada se observaron fuertes caídas en la bolsa de China, replicadas por las bolsas mundiales incluida la chilena, todo ello con fuertes movimientos en las tasas de cambio y ajustes a la baja en los precios de materias primas. No hay claridad absoluta sobre lo que desencadenó este episodio específico, si bien desde hace algunos años hay dudas de fondo sobre la economía china. Una explicación próxima podría estar en las recientes depreciaciones del valor del yuan respecto del dólar efectuadas por las autoridades. Fueron intervenciones limitadas y presentadas como ajustes por una vez, pero crearon incertidumbre y validaron un diagnóstico de serias dificultades financieras.

China representa una fracción importante de la demanda mundial por cobre, y por ello sus perspectivas económicas son, por sí mismas, importantes para nuestro país. Pero más allá de eso, lo que ocurre en China es una manifestación más de un fenómeno global, que afecta por múltiples vías y a muchos países, como es la deflación global de precios en dólares que está generando la apreciación del dólar americano frente a otras monedas principales. En los últimos 20 años ha habido cuatro episodios de deflación en dólares, esto es, de caída de los precios en dólares que afecta -más allá de las materias primas- al comercio internacional en general: en 1998, cuando se desató la Crisis Asiática y Chile experimentó tasas negativas de crecimiento; en 2002, cuando Chile tuvo su peor desempeño en los 20 años, con la excepción de los años de la Crisis Asiática (1998) y la Crisis Subprime de 2008, cuando esta última significó caídas en nuestra producción. El cuarto episodio transcurre actualmente. Los precios en dólares de las importaciones chilenas han caído más de 9% en doce meses, según las mediciones oficiales (IVUM) hasta el segundo trimestre de este año. La mayor homogeneidad de nuestros productos de exportación hace que estos reflejen el impacto deflacionario de la apreciación del dólar antes que los productos de importación. Pero ya percibimos que la caída en términos de intercambio va decantando en deflación.

El reciente episodio en China creó una expectativa de postergación del ajuste de tasas de interés pendiente en Estados Unidos, lo que, transitoriamente, interrumpe el fortalecimiento de esa moneda que es la causa de la deflación. Pero, eventualmente, el dólar retomará  su tendencia de fortalecimiento y con ello persistirá la tendencia deflacionaria en dólares.

¿Cómo enfrentar este escenario, que históricamente ha probado ser complejo? Desde luego con máxima flexibilidad cambiaria, porque los episodios más costosos para el país han ocurrido cuando se ha querido enfrentar períodos de deflación en dólares con rigidez cambiaria. Pero junto a ello, y con consciencia de que se trata de circunstancias muy exigentes, deben procurarse condiciones que estimulen la inversión y la generación de empleo. Una drástica reforma tributaria comenzando a aplicarse, una reforma laboral expropiatoria en discusión y un clima anti empresarial generalizado, parecen llevar al país a una mala experiencia, más allá de la existencia de deflación externa o de las políticas macroeconómicas para enfrentarla.

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