Inauguran en Chile primer banco de células madre para adultos
<P>Bioscell preservará células extraídas de tres nuevas fuentes: tejido graso, médula ósea y dientes de leche en caso de niños.</P>
Congelar y guardar células madre con la promesa de usarlas en el futuro ante una enfermedad, como un ataque cardíaco, una fractura de hueso o un mal neurodegenerativo, era una opción que sólo los recién nacidos tenían en Chile. Ello, porque la única tecnología disponible en el país para congelar y preservar estas células era a partir de sangre del cordón umbilical.
Pero desde hoy, los adultos también podrán guardar sus células madre en un banco que les asegure su utilización en varios años más, gracias a Bioscell, empresa chilena criopreservará células madre de sangre de cordón umbilical, dientes de leche, grasa y médula ósea. Las dos últimas pensadas para adultos, lo que lo convierte en el primer banco de su tipo en ofrecer este servicio a personas de cualquier edad en Chile y Latinoamérica.
El traumatólogo Rodrigo Mardones, uno de los directores de Bioscell, explica que la idea es que una persona adulta sana guarde sus células madre y las use más adelante, en 40 años más, cuando sufra, por ejemplo, algún evento cardíaco o una lesión de rodilla que requiera implante y donde este tipo de células han mostrado ser muy efectivas.
El sistema funciona extrayendo células madre de estas cuatro fuentes y luego multiplicándolas en laboratorio para su posterior congelamiento (ver infografía).
Se trata de células mesenquimáticas, un tipo de célula madre que puede convertirse en células específicas del cuerpo.
En el caso de los dientes de leche, Mardones explica que las células madre se extraen de la médula del diente, por lo que sólo sirven aquellos recién sacados. Eso puede hacerse en el mismo laboratorio o refrigerarlo en casa un día y llevarlo a Bioscell al día siguiente. Para tejido adiposo, se extraen 150 cc que pueden obtenerse incluso de una liposucción , mientras que para médula ósea, se requieren 15 cc.
Reparar tejidos
Todos los seres humanos poseen este tipo de células, también conocidas como células de reparación de tejidos. Sin embargo, cuando envejecen, se agotan estas reservas, por lo que lo ideal es hacer la extracción mientras se es joven. Eso no significa que una persona de 40 o 60 años no pueda preservar sus células.
Hoy las células madre son usadas para la reparación de tejidos como fracturas de huesos y daño en tendones y musculatura. Una inyección de estas células puede mejorar considerablemente el tiempo de cicatrización y la calidad de ésta. También se usa en casos de ataques al corazón, cerebrovasculares y grandes quemaduras.
A nivel internacional su uso es aún más amplio: con células madre se han reconstruido tráqueas, arterias y venas para implantes que han salvado la vida de personas. Mientras que en experimentación está la creación de órganos como riñones y corazón y tratamientos para enfermedades neurodegenerativas, como alzheimer y parkinson.
Mardones dice que el usuario es dueño de sus células y que éstas pueden enviarse directo a su médico tratante. Extraerlas cuesta un poco más de 2 millones de pesos, mientras que criopreservarlas, unos US$200 anuales.
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