Inconveniencia de feriados regionales




EL CONGRESO aprobó, recientemente, el proyecto que establece que el próximo 7 de junio será feriado en la Región de Arica y Parinacota, con motivo de la conmemoración del aniversario del asalto y toma del Morro de Arica durante la Guerra del Pacífico. El hecho ha sido celebrado por las autoridades locales y parlamentarios por esa zona como un triunfo de un mal entendido "regionalismo", subrayando que sería la primera vez en la historia de Chile que se dictaría una norma de esta naturaleza.

Sin embargo, la medida constituye un precedente que debe ser mirado con mucha cautela. No cabe duda que existen numerosas fiestas de arraigo puramente local, que son celebradas con entusiasmo por las poblaciones de diversas localidades a lo largo de la geografía nacional, pero eso no debe llevar a decretar feriados que generan confusión y se añaden al abultado número de festivos que ya existen en nuestro calendario. De manera esperable, otras regiones -e incluso comunas- han comenzado a solicitar un tratamiento similar, con el propósito de festejar fechas significativas en el ámbito local.

Tal como ha ocurrido hasta ahora con el 7 de junio en Arica, los días de relevancia local ya son celebrados con fervor por las distintas comunidades, por lo que no parece necesario convertirlos en feriados. Los impulsores del proyecto aprobado han señalado que de esta forma se refuerza el espíritu regional y se contribuye al "buen ánimo" de la población, razones que no parecen suficientes y que podrían ser argumentadas, asimismo, por otras localidades para justificar sus propios festivos, generando una confusa maraña de feriados regionales. En momentos en que Chile se encuentra a las puertas del desarrollo, parece más adecuado reforzar la identidad regional a través del trabajo mancomunado de la población, antes que con nuevos días de asueto.

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