Informe de la Ocde propone crear subsecretaría a cargo de Becas Chile
<P>En una evaluación que el organismo y el Banco Mundial realizaron al programa, se concluye que éste fue lanzado de manera apresurada. </P>
En 2008 y con un gran despliegue publicitario, se lanzó el programa Becas Chile. La idea, según las palabras de la entonces Presidenta Michelle Bachelet, era enviar a 3.300 profesionales en el año 2010 a realizar posgrados en el extran- jero y a 30 mil estudiantes en la próxima década.
Sin embargo, con el paso de las convocatorias, han surgido problemas que han hecho replantear estas metas, como el alto nivel de solicitudes que hace colapsar a los revisores, la falta de un organismo que centralice todas las becas y diferencias en los criterios de evaluación de los postulantes. Estas son algunas de las dificultades que fueron detectadas por una revisión externa que se hizo al programa.
Los encargados de ejecutarla: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (Ocde) y el Banco Mundial. Los organismos califican el plan como una "iniciativa grande y audaz". Pero agregan que "muchas de las deficiencias reflejan una implementación apresurada".
Entre las principales falencias que se encontraron está la ausencia de un organismo que defina los cambios que se necesitan para el programa.
Actualmente, Becas Chile es liderado por un comité de ministros, quienes delegan la responsabilidad administrativa a una secretaría ejecutiva, pero mientras ellos administran las becas al exterior, Conicyt y otros manejan las nacionales. La Ocde propone crear una subsecretaría de Educación Superior, que administre todas las becas.
Cómo se entrega la beca
La otra crítica se centra en el proceso de adjudicación de los beneficios al extranjero, punto que en cada convocatoria provoca reclamos de los postulantes. Sin ir más lejos, en 2010 se esperaban dos mil adjudicaciones y, finalmente, se entregaron sólo 764. Quienes no recibieron el beneficio, incluso, se organizaron en un grupo que pretende llevar su caso hasta la Contraloría.
En este punto, el informe de la Ocde y el Banco Mundial señala varios problemas. El primero es que existe ambigüedad en las pautas de evaluación. Por ejemplo, no está claro cómo se evalúa a un candidato con buenas notas de pregrado que estudió en una institución menos selectiva, versus uno que tiene notas más bajas, pero egresó de una institución más exigente.
Otro problema, dice el estudio, es que no se bonifica apropiadamente a quienes estudian áreas estratégicas para el desarrollo del país.
En tercer lugar, el informe da cuenta de una saturación de los evaluadores, porque como no existe un filtro previo, cada una de las postulaciones es revisada en detalle. En 2010, se revisaron más de seis mil postulaciones para elegir a los seleccionados.
Por último, la Ocde señala que no existe claridad acerca de la oferta internacional y cómo calificarla, por lo que un postulante a un programa mediocre, pero en una universidad de prestigio, puede quedar aceptado sólo por la fama del plantel. En cambio, un candidato a un buen programa, pero de una universidad desconocida, puede quedar fuera.
En cuanto al retorno de los becados, el documento señala que no existe un programa acabado para apoyarlos en ese proceso. Se critica que se exija devolver el dinero de la beca, en caso de que los becarios no regresen al país. Para el organismo, la mejor forma de incentivar que vuelvan sería a través de incentivos y no de castigos.
En el Mineduc ya están trabajando en las conclusiones. Camila Cortés, secretaria ejecutiva de Becas Chile, señala que están estudiando fórmulas para apoyar a quienes regresan y cómo se bonificará a quienes postulen a magísteres y doctorados en las áreas prioritarias para el país.
Además, trascendió que se crearía un organismo centralizador de las becas, aunque no necesariamente una subsecretaría. También se estudia dar más importancia a los candidatos patrocinados por una institución que garantice su reinserción al regreso.
Anteriormente, la Academia de Ciencias de Estados Unidos había realizado un análisis sobre el sistema, apuntando a las mismas debilidades que reconoció la Ocde.
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