Informe revela la verdadera vida del espía ruso que obtuvo identidad chilena

<P>"Antares" recibió órdenes de no tener hijos ni casarse, según un reporte de inteligencia.</P>




Alexey Ivanov (37), el agente del Servicio de Inteligencia Extranjera de Rusia (SVR) habría planeado crear en el país una empresa de informática, en sociedad con el hijo de un político chileno.

Sin embargo, el plan fracasó el 28 de junio de 2010, cuando fueron detenidos 10 espías rusos que operaban en Estados Unidos. Ese mismo día, Ivanov abandonó Santiago rumbo a Buenos Aires y se perdió su pista.

El agente ruso, quien operaba con el nombre clave de "Antares", llegó a Santiago, en septiembre de 2008, por vía terrestre desde Argentina. Antes vivió en México, pero no se ambientó.

Según el informe recibido por la Agencia Nacional de Inteligencia a comienzos de año y que alertaba sobre la red en Chile, el agente formaba parte de un plan del SVR para desplegar agentes en EE.UU. Lo llevaba adelante el llamado Directorio de Inmigrantes Ilegales.

Antes, los agentes debían vivir al menos cinco años en un país, aprender a hablar bien el inglés y adoptar otra nacionalidad. Ivanov debía hacerlo con la también agente rusa llamada "Sandra", quien no quiso trasladarse a Chile, porque quería casarse y tener hijos. De hecho "Sandra" ejercía una especie de liderazgo sobre el ruso, en oposición a las duras exigencias de la vida en clandestinidad que incluían no casarse ni tener hijos.

Ya en octubre de 2008, Ivanov vivía en un departamento del barrio Suecia, en Providencia, siguió cursos de computación, para obtener un certificado de ingeniero.

Para sus gastos, su agencia le entregó US$ 50 mil y una tarjeta con otros US$ 10 mil.

Un chileno vinculado al SVR, identificado con el nombre clave de "Patriota", lo ayudó a instalarse en forma definitiva en Santiago.

Este personaje, según la investigación, ayudó a Ivanov para obtener una identidad chilena, mediante un contacto en el Registro Civil. Así, el espía extranjero pasó a llamarse Andrés Alfonso Vilches Carvacho, de nacionalidad chilena.

Durante su estadía en Santiago, Ivanov obtuvo un certificado como ingeniero en sistemas y se vinculó sentimentalmente con una mujer de nombre Paola. Para comunicarse con sus superiores en Rusia usaba un sistema para encriptar información llamado "Flamingo".

También efectuó viajes cortos a Estados Unidos y Uruguay, donde se reunió con un alto oficial del SVR.

Paola dijo ayer a La Tercera que "si no fuera por mi hijo, me pego un balazo, esto me tiene mal. Nunca sospeché que fuera un espía".

"Me decía que era asesor en Informática. Nunca le conocí un socio ni nada. Todo esto es muy raro, me siento engañada y metida en una historia de mentiras", reflexiona la mujer. Dijo que Ivanov se fue de un día para otro, sin decirle nada. Sólo la llamó para que sacara algunas cosas de su departamento.

La información sobre el paso de "Antares" por Santiago se supo meses después de que en Estados Unidos fuera desbaratada una red de espías, los que fueron intercambiados por agentes de EE.UU. en Rusia.

La redada fue posible gracias a la información entregada al FBI por Sergey Tretyakov, quien perteneció al SVR y que en los 90 fue primer secretario de la embajada de la Federación Rusa ante la sede de Naciones Unidas, en Nueva York.

Este personaje, supuestamente, fue reclutado por EE.UU. y cumplió labores de doble agente. El ruso entregó al FBI la identidad de los agentes que estaban desplegados en ese país, además de "Antares" y "Sandra".

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