Irak recupera producción petrolera y busca superar a Arabia Saudita en 2017

<P>En marzo alcanzó su nivel más alto de exportaciones desde 1989.</P>




A nueve años de la invasión norteamericana que derrocó a Saddam Hussein, Irak comienza a exhibir los frutos de la reconstrucción de su industria petrolera. Después de décadas de guerras y sanciones económicas internacionales, el país árabe acaba de alcanzar su nivel más alto en exportaciones de crudo desde 1989. Son los resultados de un ambicioso plan de inversiones que en 2017 pretende superar a Arabia Saudita como el mayor productor de la Opep.

"Las exportaciones de marzo se elevaron a 71,8 millones de barriles, con un promedio diario de 2,3 millones de barriles. Irak no había alcanzado este volumen desde 1989", afirmó el portavoz del Ministerio del Petróleo iraquí, Assem Jihad. Con un precio promedio de US$ 118 por barril, estas ventas significaron ingresos de US$ 8.475 millones para el país. En ese período, más de 1,9 millón de barriles diarios salieron de los yacimientos de Basora, en el sur de Irak, mientras que se vendieron al exterior otros 400.000 barriles procedentes de los campos de Kirkuk, en el norte del territorio. El objetivo del Ministerio del Petróleo es llegar a exportar 2,6 millones de barriles diarios de crudo durante 2012.

Según la revista alemana Der Spiegel, la demanda global por petróleo se incrementará por lo menos un 10% en los próximos 20 años. El 90% de esta demanda seguramente será cubierta por los productores de Medio Oriente y el Norte de Africa. Sin embargo, la mayoría de estos países ya está produciendo al límite de sus capacidades, salvo Irak. Con reservas probadas de 115.000 millones de barriles, este país sería el único en la región con recursos suficientes para hacer frente a esta demanda.

Por ello, Irak ha puesto en marcha un plan para aumentar la producción de crudo en los próximos cinco años, tras haber firmado contratos con grandes empresas petroleras para desarrollar 10 de los principales campos petrolíferos que tiene el país. Estas compañías, entre las que se cuentan la británica BP, la anglo-holandesa Shell, las rusas Lukoil y Gazprom, la italiana Eni, la malaya Petronas y la china CNPC, se han comprometido a invertir sobre US$ 100.000 millones para expandir la producción petrolera iraquí a 13 millones de barriles diarios en 2017. Este "número mágico" significaría superar en un millón de barriles la cuota de producción máxima de Arabia Saudita, el único país de la Opep con capacidad para balancear cualquier déficit de otro miembro de la organización. El FMI, sin embargo, ha considerado como muy ambiciosa la meta de Bagdad.

Disputa con kurdos

En un país carente de una ley para gestionar su petróleo, las diferencias existentes entre la región autónoma del Kurdistán y el gobierno central sobre la política de su principal recurso energético podrían complicar aún más los planes. Bagdad ha ofrecido a las firmas petroleras internacionales contratos de pago por servicio, mientras que la región kurda propone acuerdos de producción compartida que dan a las compañías extranjeras una parte de la producción de crudo, considerados como mucho más lucrativos.

En ese sentido, la decisión de Exxon de firmar un acuerdo con los kurdos ha enojado al gobierno iraquí, el cual ha amenazado con impedir que la firma estadounidense pueda postular a futuros proyectos e incluso con reconsiderar su papel en un campo supergigante, Qurna Occidental II, donde la petrolera era parte de un consorcio que ganó un contrato en 2009.

Pese a la actual inestabilidad política, Irak generó sobre US$ 51.400 millones en ingresos petroleros en 2010, según el Revenue Watch Institute. Hoy, el crudo representa sobre el 75% de su PIB y casi el 90% de los ingresos del gobierno.

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