Isabel II intenta superar divisiones en histórica visita a Irlanda
<P> La monarca rindió tributo a los irlandeses que dieron su vida por la independencia y lucharon contra Gran Bretaña.</P>
No se dieron la mano como Helmut Kohl y Francois Mitterrand. Pero la reina Isabel II y la Presidenta irlandesa, Mary McAleese, ofrecieron ayer un símbolo de reconciliación.
Ocurrió en los jardines del recuerdo de Dublín: el lugar que rinde tributo a quienes dieron su vida por la independencia, luchando contra Gran Bretaña. Allí sonó por primera vez el "Dios salve a la Reina" y la reina -en la primera visita de un monarca inglés a Irlanda en 100 años- dejó una corona de flores a la sombra de la bandera tricolor. Al otro lado de la manzana, cientos de militantes nacionalistas gritaban consignas contra el acto, que consideran un insulto a la memoria de las víctimas del pasado colonial. La policía los acordonó para que no llegaran a los aledaños de Parnel Square. Los había convocado el partido nacionalista Eirigi y portaban pancartas anticapitalistas. "Que les corten la cabeza", decía la más vistosa junto a una guillotina y una silueta de la reina. Hubo algunas escaramuzas con los policías antidisturbios. Las más importantes, en los alrededores de la Oficina de Correos, donde estalló el levantamiento de la Pascua de 1916 y en Dorset Square, donde los manifestantes soltaron globos negros, en señal de protesta contra la visita. Sus abucheos se colaron en la interpretación de los himnos en los jardines. Pero la impresión general en Dublín no fue de enojo, sino de indiferencia. Durante gran parte del trayecto, Isabel II recorrió una ciudad fantasma.
La reina había llegado al filo del mediodía y la esperaban una niña con un ramo de flores y el laborista Eamon Gilmore, ministro de Exteriores y dirigente del IRA en su juventud. Un símbolo del significado que encierran estos días, que se proponen mirar al futuro y enterrar las diferencias entre los dos países.
El viaje está rodeado de un inmenso despliegue de seguridad. Dublín es una ciudad tomada por los efectivos del Ejército y la policía, que han sellado los accesos al centro y advierten que no habrá baños de multitudes en el recorrido de la reina.
Los disidentes del IRA han anunciado su intención de atentar contra la reina y en las últimas horas han sembrado de alertas diferentes puntos de la isla y de la capital. Los artificieros han desactivado de madrugada un artefacto explosivo en un autobús de línea en la localidad irlandesa de Maynooth. La bomba se encontraba escondida en una maleta y estaba lista para estallar.
La visita de Isabel II se extenderá hasta el próximo viernes y su programa incluye lugares de un alto simbolismo para el nacionalismo irlandés.
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