Isabel Rodríguez Aranda: "El PC chino entiende que la corrupción irrita a la gente"
En el Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) se delineó el plan de desarrollo para los próximos cinco años. Isabel Rodríguez, directora de Ciencia Política y Políticas Públicas de la U. del Desarrollo y autora del libro Continuidad política y cambio económico en la China del siglo XXI (2010), destaca que en China "hay consenso de que sin estabilidad política no hay potencia del siglo XXI".
¿Por qué Xi Jinping será el nuevo líder?
Porque ha seguido los mismos cargos sobre los cuales Hu Jintao construyó su liderazgo y, hasta ahora, su desempeño ha sido adecuado, prudente y eficiente para tener el apoyo del partido, no sólo al interior de China, sino también en las relaciones internacionales.
¿Qué implica la inclusión en la Constitución del concepto de "desarrollo científico" y cuál es el sentido de reformar los estatutos con una mayor atención a los problemas medioambientales?
En la última enmienda a los Estatutos (2007) se incluyó el "concepto de desarrollo científico" que se le atribuye a Hu. Le corresponderá a Xi Jinping liderar esta etapa de desarrollo científico, que significa reconocer que China ha crecido en los últimos 30 años y que ahora es el momento de hacerse cargo de todos los costos de este alto crecimiento: desigualdad social, desempleo, medioambiente, entre otros. Por lo tanto, la idea es ajustar a la baja los niveles de crecimiento económico, bajo el lema "crecer menos, pero mejor". También significa incorporar al sistema productivo tecnologías para exportar menos productos baratos y subir calidad y valor con menos costos medioambientales. Esto explica la enmienda a la Constitución sobre Promover el Progreso Ecológico.
El vicepremier para asuntos de política económica y financiera, Wang Qishan, fue designado al frente de la renovada Comisión de Disciplina. ¿Es este un paso real contra la corrupción?
De alguna manera, el PCCh entiende que los problemas que irritan a la población son las desigualdades sociales y la corrupción. El primero se intenta resolver en la nueva etapa del modelo económico bajo la lógica de crecer menos pero mejor. El segundo debe resolverse al interior del PCCh en todos sus niveles, porque afecta su credibilidad, legitimidad y compromiso con el modelo de desarrollo que dicen liderar. Esto explica la designación de Wang Qishan, con gran trayectoria y legitimidad política.
En su libro, usted concluyó que no hay "signos claros de inestabilidad política que pudieran hacer vislumbrar una crisis política". ¿Mantiene dicha afirmación?
Sí. El régimen, a pesar de permanecer autoritario, ha ido respondiendo a los desafíos que plantean los cambios económicos y políticos de la modernización nacional. Esa capacidad de resolver tensiones y generar ajustes, por más tímidos que sean, señala una trayectoria de adaptación del socialismo político chino.
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