Isidora Aguirre
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Señor director:
Para los teatristas de la Universidad de Chile, la muerte de Isidora Aguirre nos priva de la más importante dramaturga de la historia del teatro chileno. Fue testigo y voz insuperable del siglo, de nuestra historia, de nuestros sueños, de nuestros dolores.
Como nadie, su escritura recogió el amanecer de nuestro pueblo en obras como Lautaro, la lucha contra la injusticia social, como en Los que van quedando en el camino, y compuso un retrato insuperable de nuestra sociedad en La pérgola de las flores. Se apaga una voz irreemplazable, consecuente, con un compromiso social a toda prueba, capaz de denunciar lo innombrable, en una época aciaga, como en Retablo de Yumbel (Premio Casa de las Américas, 1987).
Estamos ciertos que aquellos que la conocimos, que tuvimos la suerte de compartir con ella su talento, su bondad, su enseñanza generosa y sus valores, cumpliremos con la tarea de continuar manteniendo vivo su legado.
Abel Carrizo-Muñoz
Director Depto. de Teatro, Facultad de Artes, U. de Chile
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