Javier Aquino, seleccionado de México: "La Copa América se juega con el corazón"
<P> El extremo es uno de los campeones olímpicos de 2012 que sobrevive en la descafeinada lista de México.</P>
Su corazón ya se ha asomado a la Copa de América con pasión de enamorado. "Llevo días preparando el equipaje para no dejarme nada". Atrás quedará desde mañana esta temporada en el Rayo Vallecano, donde Aquino (Oxaca, 1990) cumplió de veras. "No va a ser fácil de olvidar". Pero, a partir de ahora, será uno de los hombres de México en la Copa de América. A los 25 años, su discurso es un desafío, en el que la ambición se siente muy cómoda.
¿Entonces México tiene derecho a ganar la Copa de America?
Sí, tanto como el que más y tanto como el que menos, todos tenemos ese derecho, rendirse jamás. Si llegamos hasta aquí, nos sobran los motivos para ganar. Al menos, para nosotros. Hace años que México no sólo participa, sino que también compite en las grandes competiciones, pero siempre nos ha faltado ese momento.
¿Por qué no en Chile?
Ya le contaré, pero debemos pensar que sí, porque el nivel está, lo demostramos en el último Mundial, donde salimos de una primera fase muy dura, caímos en los últimos cinco minutos finales frente a Holanda, y porque tenemos una cuenta pendiente con la Copa de America.
No sólo habla de ganar. También habla de revancha.
Pero es así. No quiero ni recordar la pasada Copa de América en Argentina, que fue mi primera vez. Entonces lo teníamos todo preparado para hacer un gran campeonato, teníamos un buen grupo, lo habíamos trabajado bien, pero no ganamos ningún partido. Y ahora, cuatro años después, podemos solucionarlo.
Hace cuatro años usted jugaba en Cruz Azul, no había salido de México. Sin embargo, ahora ya lleva tres años jugando en Europa.
Sí, claro, no tiene nada que ver el futbolista que era entonces con el que soy ahora.
¿Y eso de jugar en Europa es una ventaja para ganar la Copa de América?
No, ya no, porque no hay selección que no tenga futbolistas que jueguen en Ligas europeas. Por lo tanto, yo sólo soy uno más y, de todos modos, tampoco se crea. El fútbol son momentos. De acuerdo que en Europa hay más ritmo, pero buenos futbolistas los hay en todas partes. Yo gané los Juegos Olímpicos de Londres a una selección como Brasil sin haber salido de México. Queríamos hacerlo y supimos hacerlo y ¿por qué no ahora en la Copa de América?
Su generación sería la primera.
De eso se trata. Hay que encontrar el momento, como hicimos en Londres. Y si no se encuentra por lo menos intentarlo. Yo sé que se puede y que llego en buen momento. He madurado como futbolista en estos años. He aprendido a hacer las cosas como se deben hacer, ya no me precipito, ya sé lo que es enfrentarme a los mejores futbolistas del mundo en España. Si he logrado esto, ¿qué no puedo lograr?
¿En quién se inspira usted?
Sobre todo, en El Chelo Delgado, un tipo único que jugó en Cruz Azul, en el equipo de mi vida, cuando yo era chaval. Desde que lo vi yo no sólo quería ser futbolista, quería ser como Chelo Delgado.
¿Y lo ha logrado?
Seguro que puedo hacer cosas más importantes, pero sí le robé algunas cosas que me permiten estar aquí; él jugó en Europa; yo estoy jugando en Europa, y no era tan fácil, porque jugar en Europa no sólo es llegar. También es adaptarte a una vida que no estás acostumbrado, a un ritmo que te sorprende o a un fútbol que ni imaginas. Pero ahí estoy.
Se hace camino al andar.
Hay que conseguir cosas importantes, nos hicimos futbolistas para esto, para crear ambición, para ver el éxito en cada oportunidad. Por eso ahora que me habla tanto de la Copa de América, ese torneo se juega con algo más que la cabeza o las piernas, se juega con el corazón, porque representas a tu país. No sé qué puede superar a eso, ¿jugar la Champions, casarse, ser padre, tener un hijo...?
¿El gol de la victoria el día de la final?
¿Se imagina?
No, yo no; usted es el que debe hacerlo.
Hay que tratarlo. Hasta ahora, todos los sueños que tenía en el fútbol me parece que se han hecho realidad. He aprendido a vivir en Europa, mi vida personal es tan buena como mi vida futbolística, le tengo que estar agradecido a Dios por todo esto.
¿El hecho de jugar en un equipo como el Rayo, apasionado con la pelota, garantiza que usted es buen futbolista?
Al menos, fue una de las razones por las que me decidí a venir al Rayo. Tenía otras opciones, pero elegí ésta, precisamente, por eso, porque podemos ganar o perder, de eso no hay duda. Pero siempre intentamos jugar al fútbol. De eso nadie tiene dudas, y es un orgullo, claro.
¿Entonces apostamos por México?
Si fuimos capaces de ganar a Brasil en unos Juegos Olímpicos, también podemos vencer en la Copa de América, sí. Creo que sí. Pero teniendo claro que esto es difícil. Y es que vamos a competir contra los mejores. Mire la primera fase frente a Chile, Ecuador y Bolivia. Tenemos la sensación de que puede pasar de todo.
Los sueños son arriesgados.
Yo, efectivamente, no he dejado de soñar desde que empecé a jugar al fútbol y ahora que estamos tan cerca, no quiero esperar otros cuatro años.
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