Jemmy Button: el niño yagán raptado por los ingleses llega al Teatro UC

<P>En 1830, el inglés Robert Fitz-Roy decide llevarse a cuatro yaganes para educarlos en Inglaterra. El más adelantado era un joven de 14 años, cuya dramática historia revive, desde el 8 de abril, a cargo de la elogiada compañía Tryo Teatro Banda.</P>




Convirtieron al niño yagán Jemmy Button en otra persona. En 1830, el teniente Robert Fitz-Roy, comandante del barco británico HMS Beagle, raptó a Jemmy, de 14 años, y a otros tres niños de Tierra del Fuego. Quería llevarlos a Inglaterra, con el fin de educarlos al estilo de vida europeo. Jemmy se maravilló con el cambio: se cortó el pelo, se vistió de traje y corbata, conoció al Rey Guillermo IV, aprendió inglés y mecánica. Tres años después, Jemmy volvió a Wulaia, su pueblo, cargado de ropa, palos de críquet y juegos de té. Objetos inútiles, que no lograron entusiamar a otros yaganes y que Button terminó abandonando.

La historia sobre el choque cultural que vivió el niño yagán es el eje de Jemmy Button, la obra que se estrena el 8 de abril, a las 20 horas, en el Teatro de la Universidad Católica. El montaje está a cargo de Tryo Teatro Banda, la misma compañía que en 2009 abordó la conquista española en Pedro de Valdivia: la gesta inconclusa, elegida entre las mejores obras del Festival Santiago a Mil y nominada a los premios Altazor 2010.

Dirigido por Sebastián Vila, el montaje reproduce también la investigación de Charles Darwin, quien coincidió con Jemmy Button a bordo del Beagle durante su regreso a Chile. "Nos interesa plantear la lucha entre el creacionismo y la teoría de la evolución de Darwin y cómo bajo la excusa del progreso se exterminó a muchos pueblos", dice Francisco Sánchez, director de Tryo Teatro Banda y parte del elenco de Jemmy Button, junto a los actores Pablo Obreque y César Espinoza.

Juglares contemporáneos

En 2000, los actores Francisco Sánchez y Carolina González fundaron Tryo Teatro Banda para abordar temas chilenos y mezclar en un solo espectáculo actuación, literatura y música. Partieron con textos de Juan Radrigán, para luego montar sus propios guiones de corte histórico: Cautiverio Feliz (2005), Kay kay y Treng treng Vilu (2007) y Pedro de Valdivia (2009).

En Jemmy Button, los actores también tocan violín, trompeta, contrabajo y flauta dulce; al mismo tiempo, interpretan a más de cinco personajes cada uno. Sánchez encarna a Darwin, pero también hace las veces de yagán, misionero anglicano, marinero y cocinero del Beagle. Lo mismo sucede con Obreque, que interpreta a Jemmy Button, y Espinoza en el rol de Fitz-Roy. "Somos como los juglares de la Edad Media, quienes entretenían a la población con sus propias composiciones", señala Sánchez.

La obra, con guión de Ximena Carrera, muestra cómo Button olvida rápidamente su educación en Inglaterra. Así, en 1834, Fitz-Roy lo encuentra desnudo (excepto por un taparrabos), con el pelo largo, la piel descuidada y el cuerpo desnutrido. El experiemento civilizador había fallado.

La historia salta 20 años después, cuando el pastor George Pakenham Despard pone en marcha otra expedición civilizadora. Pide ayuda a Button, pero éste se niega. Luego, un episodio oscuro: en Wulaia, 1859, ocho misioneros son asesinados a piedrazos y golpes. Jemmy Button es uno de los sospechosos. Un juicio en las islas Malvinas lo absuelve de toda culpa. Se dice que murió pasados los 50 años en Cabo de Hornos, de viruela.

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