Joe Frazier, el primer boxeador que derrotó a Alí
<P>"Smokin' Joe", quien venció a "The Greatest" en 1971, falleció el lunes por la noche, debido a un cáncer al hígado. </P>
Hubo una época en que el boxeo podía detener el mundo, pegar 300 millones de personas frente al televisor, tener a Frank Sinatra cumpliendo roles de fotógrafo al lado del ring para una revista y en la que ser campeón mundial era sinónimo de estatus en el deporte.
A ese tiempo pertenecía Billy Joe Frazier, "Billy Boy" para su familia de 12 hermanos, o "Smokin' Joe" para todos los demás, quien el lunes por la noche falleciera a los 67 años, producto de un cáncer al hígado.
Su legado está indefectiblemente relacionado con Muhammad Alí, con quien protagonizó tres combates épicos durante los 70 y al que fue el primero en derrotar.
Se necesitaron el uno al otro. La grandeza de cada uno estuvo ligada a la del rival, lo que grafica una frase de Frazier en la que dice: "Alí siempre dijo que no hubiese sido nada sin él. ¿Pero quién habría sido él sin mí?".
"La Pelea del Siglo"
Así se promocionó el combate que se realizó el 8 de marzo de 1971 en el Madison Square Garden, de Nueva York, y que recaudó 1,35 millón de dólares, la cifra más alta hasta entonces para un evento bajo techo.
Cada pugilista llegaba invicto y tenía una bolsa asegurada de US$ 2,5 millones, y sobre el cuadrilátero no decepcionaron a nadie. Ni a "La Voz", que tomaba fotos impecablemente vestido; ni al actor Burt Lancaster, quien las oficiaba de comentarista para la televisión; ni al escritor Norman Mailer, el director Woody Allen o al ex campeón Joe Louis (uno de los ídolos de infancia de Frazier, además de Ezzard Charles y Archie Moore), quienes estaban sentados en las primeras filas.
Alí buscaba la corona de la que fue despojado en 1967, por no haber querido ir a la Guerra de Vietnam, y que Frazier, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, había ganado después de vencer en cuatro rounds a Jimmy Ellis.
"The Greatest" era considerado apuesto, representaba a la contracultura, se había convertido al Islam, hablaba contra la segregación, era bravucón, provocador, lleno de estilo y se había negado a enrolarse en el Ejército. "Smoking Joe", en cambio, no tenía la misma apariencia física, era callado, su carrera se centraba en el esfuerzo, no manifestaba una posición política y era visto como el favorito del establishment, de la mayoría blanca.
Después de 15 agotadores asaltos, incluido el último con el famoso golpe de izquierda de Frazier que acostó a "The Louisville Lip" por apenas la tercera vez en su carrera, el cinturón del título de los pesos pesados se mantuvo en la cintura del oriundo de Filadelfia, la ciudad donde falleció rodeado de sus 11 hijos.
"The Thrilla in Manila"
Frazier defendería la corona frente a Terry Daniels y Ron Stander antes de perderla en 1973, contra George Foreman, en Kingston. En otro choque de fojas inmaculadas, "Big George" se quedó con el título tras mandar al campeón reinante seis veces a la lona.
De inmediato se puso en campaña para recuperar el cetro. En el camino, volvió a enfrentar a Alí, quien en 1974 lo derrotó por decisión unánime, en una pelea a 12 asaltos sin corona de por medio. Al año siguiente, luego de que Alí le quitara el cinturón a Foreman en la mítica pelea en Kinshasa, tuvo su oportunidad.
"The Thrilla in Manila" (La Conmoción en Manila), que se disputó en el distrito de Quezon, cercano a la capital filipina, se llevó a cabo el 1 de octubre de 1975, a las 10.45 de la mañana, para coincidir con el horario prime en Estados Unidos.
En la antesala, el monarca volvió a referirse en duros términos a su contendor, lo que sirvió para condimentar un combate que es considerado entre los cinco mejores de la historia.
"The Greatest" se burló, llamándolo "gorila" y "Tío Tom", el símbolo del hombre de raza negra al servicio de los blancos.
Tras 14 rounds, el técnico de Frazier, Eddie Futch, tiró la toalla. Su pupilo tenía los ojos hinchados y apenas veía. La lucha no tuvo cuartel y Alí reconoció que esa pelea fue "lo más parecido a morir".
Fue su último gran momento en el ring, al que volvió a subirse sólo dos veces más. Otra vez contra Foreman, en 1976, tras la cual anunció retiro, y una más en 1981, ya con 37 años, con un empate frente a Floyd Cummings, cuando intentaba rehacer su carrera. Pero su trabajo ya estaba hecho y lo había convertido en leyenda.
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