John Meriwether, el modelo de los excesos de Wall Street, cae otra vez

<P>En los 80, este trader fue la figura de Salomon Brothers, la casa de inversiones más importante de la época. En los 90 organizó el hedge fund más exitoso del mundo, pero que colapsó en 1998, generando pánico en los mercados. Su tercera incursión, un fondo más pequeño, acaba de cerrar, producto de la crisis financiera.</P>




Desde que hace tres décadas comenzaron a construirse los excesos que Oliver Stone filmó en Wall Street y que Tom Wolfe retrató en La Hoguera de las Vanidades, el olimpo del centro financiero global siempre tuvo un ejemplo de carne y hueso: John William Meriwether. Su figura encarnó aquella del trader astuto, frío y exitoso en los 80 y los 90. Aun tras un colapso de proporciones en 1999, Meriwether siguió levantando dinero para sus apuestas, pero la intensidad de la crisis actual terminó barriendo con su leyenda... y con sus fondos.

Si Jamie Dimon, el CEO de JP Morgan Chase, es visto hoy como el Wall Streeter más exitoso, en los 80 ése era John Gutfreund, CEO de Salomon Brothers. Esta era incuestionadamente la casa de inversiones más rentable, y pionera en la especulación en los mercados de renta fija e hipotecario -fue este banco, de hecho, el que "inventó" el trading con préstamos hipotecarios securitizados, lo que en los 90 derivó en la llamada crisis de savings and loans y, hace dos años, en la crisis subprime.

Los 80

El generalísimo de Gutfreund era Meriwether, en los tiempos en que también el actual alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, trabajaba en Salomon. Pero Gutfreund, el hombre más poderoso de Wall Street, ansiaba ser Meriwether, o así asegura Michael Lewis en su bestseller "El Póker del Mentiroso", quizás el más elogiado recuento de los excesos de ese mundo en los 80.

En Salomon, Meriwether llegó a ser el jefe del departamento de arbitrajes en renta fija; su grupo solía ser el que más utilidades le reportaba al banco y sus traders, los mejores.

Criado en los barrios obreros del sur de Chicago, Meriwether trabajó desde joven como caddy en un campo de golf, obtuvo un MBA en la Universidad de Chicago y partió a Wall Street, donde en 1977 formó el grupo de arbitraje para Salomon. Ahí, inició una era en Wall Street en la que sólo los más brillantes, de toda especialidad, irían a trabajar a la Meca financiera. El trader no temía que fuesen incluso más inteligentes que él; quería que analizaran el mercado en base a sistemas computacionales creados por ellos, para buscar las oportunidades más minúsculas, según el recuento de Roger Lowenstein, "Cuando los Genios Fallaron".

Su éxito lo hizo año tras año más rico, transformó su nombre en leyenda, y lo encumbró hasta la vicepresidencia de Salomon. Pero un escándalo con una transacción de bonos del Tesoro hecha por un subordinado lo hizo renunciar a inicios de los 90.

LTCM

En 1994, sin embargo, su más grande aventura tomó forma: Long Term Capital Management (LTCM), un hedge fund cuya estrategia era buscar informáticamente hasta las brechas más pequeñas entre tasas de bonos, por ejemplo, y ganar dinero con el arbitraje. Los genios de LTCM no eran sólo los doctorados del Masachusetts Institute of Technology (MIT) que Meriwether contrataba, sino también los dos premios Nobel que incluyó en el directorio del fondo: Myron Scholes y Robert Merton.

La fórmula del LTCM incluía una dependencia enorme en el endeudamiento para apalancar sus colocaciones y hacer que el retorno minúsculo que devengaban sus apuestas tuviera sentido. El apalancamiento del fondo en su apogeo llegó a ser de 50 veces (un dólar propio por cada US$ 50 de colocación). Con un capital de US$ 5.000 millones, LTCM estaba endeudado en US$ 125 mil millones y tenía una cartera fuera de balance de billones de dólares, dice el libro de Lowenstein.

Dada esta vulnerabilidad, si algo salía mal, el colapso sobrevendría. Y así pasó, cuando en 1998 Rusia declaró una moratoria sobre su deuda y devaluó el rublo. LTCM estaba muy expuesto a este mercado y en cosa de meses el fondo se derrumbó. El pánico llegó al punto de que el banco de la Reserva Federal de Nueva York debió orquestar un rescate por US$ 4.000 millones con una serie de bancos de Wall Street para evitar una crisis de pagos.

JWM

Si alguien pensó que ése era el fin de Meriwether apostó mal. El ejecutivo levantó un nuevo fondo en 1999, aun tras el colapso más grande del que se tuviera memoria, JWM Partners, con otros seis socios, la mayoría de ellos proveniente de Long Term. Nuevamente, gente riquísima e inversionistas institucionales le confiaron miles de millones de dólares, aunque esta vez Meriwether había aprendido la lección de LTCM: en JWM el apalancamiento era de "sólo" 15 veces. Esto derivó en que el retorno de Meriwether en esta tercera aventura fuese mediocre, siempre inferior al de las principales referencias del mercado, pero al menos era positivo. Pero llegó 2007 con la crisis subprime y la crisis de liquidez. Sin poder levantar más dinero, desde septiembre de ese año el fondo de Meriwether -el Relative Value Opportunity II- ha perdido más de 44% de su valor, el que se hallaba la semana pasada en US$ 1.600 millones.

Dado que el especulador cobraba cuotas de administración sólo mientras los activos estuvieran creciendo, el legendario Meriwether decidió en los primeros días de julio cerrar el fondo. La famosa columna Lex del Financial Times, de hecho, se preguntó, a propósito de las pérdidas de JWM, "habrán fallado de nuevo los genios".

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