Jon Stewart: el nuevo rey de los late show en EE.UU.
<P>Su programa, <I>The daily show, </I>superó por primera vez a veteranos como David Letterman y Jay Leno. </P>
Cuando asumió la conducción de The daily show, en 1999, Jon Stewart (47) era un comediante del montón del circuito estadounidense de stand up, que tenía a su haber un programa de conversación de corta vida en MTV y un puñado de olvidables apariciones en series y películas. Y nada más. Pero tras poco más de una década, el animador acaba de terminar de coronarse como el rey de los late show en Estados Unidos y,con eso, de confirmar su estatus como el hombre más influeyente de la pantalla.
Credenciales no le faltan: hasta la fecha acumula 14 premios Emmy, y hace años que domina las categorías dedicadas a su género. Además, en 2006 un estudio demostró que The daily show superaba a los programas de noticias tradicionales como fuente de información entre los televidentes más jóvenes, y desde 2000, cuando el programa se enfocó más en la contingencia que en el entretenimiento, el espacio continúa ganando influencia en terrenos tanto mediáticos como políticos.
Claro que este año el fenómeno se consolidó: el fin de semana pasado, Stewart y compañía convocaron a más de 200 mil personas a una manifestación en Washington DC, bautizada como Rally to restore sanity (Manifestación para restaurar la cordura), un evento que, medio en broma y medio en serio buscaba devolver la moderación y el sentido común a las discusiones políticas y valóricas. Un par de días antes, el animador había tenido una entrevista con el Presidente Barack Obama en lo que se convirtió en el tercer episodio más visto de la historia del show, con 2.8 millones de espectadores. La guinda de la torta vino ayer, cuando se publicaron las cifras de rating de octubre para los late show: por primera vez en su historia, The daily show superó a los gigantes del género, David Letterman y Jay Leno, en el promedio mensual de sintonía para el segmento de 18 a 49 años, el que se considera en Estados Unidos, gracias a los 1.3 millón de televidentes que acumuló en ese estrato.
Stewart no sólo pone la cara al programa. El animador se convirtió en el más influyente, gracias a que también es el cerebro tras los contenidos del show, donde supervisa todas las bromas y libretos y donde ejerce como productor ejecutivo. "No somos provocadores ni activistas. Reaccionamos a nuestra propia catarsis. Hay una línea a la demagogia que tratamos diligentemente de no cruzar. Tal vez lo agradable de ser comediante esque nunca tienes fe completa en que sabes la respuesta", dijo Stewart a la revista New York sobre su filosofía. El programa también se ha convertido en semillero de exitosos comediantes como Steve Carell (The office) y Stephen Colbert (The Colbert report). Fuera de pantalla, el animador cultiva un bajo perfil y vive en Nueva York junto a sus esposa desde hace 10 años y sus dos hijos, de 4 y 6 años.
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