José Carreras dará recital con tangos, zarzuelas y ópera junto a 70 músicos
<P>El tenor español se presenta el sábado 8 de octubre en el Movistar Arena y el show abarca desde Gardel a Verdi.</P>
El gran concierto de las Termas de Caracalla en Roma, el que tuvo lugar en la víspera de la final del Mundial de Italia 90, fue en realidad un regalo de Luciano Pavarotti y Plácido Domingo para "su pequeño hermano" José Carreras. El tenor catalán venía escapándose de la muerte, tras recuperarse de una leucemia a la que los médicos le daban remotas posibilidades de curación (una entre 10) y en retribución a su milagrosa sanación, Carreras y Pavarotti organizaron el primero del show conocido luego como Los tres tenores.
Aquel recital, el más exitoso en la historia de la música clásica y cuya recaudación fue a parar a las arcas de la Fundación José Carreras contra la Leucemia, marcó la definitiva masificación del cantante español, que en los años 70 fue considerado una de las voces más bellas de su generación. El más joven de los tres tenores nunca volvió a tener la misma firmeza vocal tras la enfermedad, pero ya en los 90 comenzó a desarrollar una exitosa carrera en recitales, con un repertorio más ligero. Hoy, tras 18 años desde su primer concierto en Chile, en 1993, retorna con un repertorio de 17 canciones, que combina lo popular, lo clásico y la zarzuela. Lo hará junto a una orquesta de 70 músicos, dirigidos por David Giménez, y también con la intervención de la soprano argentina Marina Silva.
El concierto se realizará el sábado 8 de octubre, a las 21 horas, en el Teatro Movistar Arena, y según Live Group Chile, ya hay cerca de un 40 por ciento de locaciones vendidas. La última vez que Carreras participó en una ópera fue en el año 2002 en Tokio, y hasta ahora la única posibilidad de apreciarlo es en sus recitales alrededor del mundo. El que lo trae hasta acá es parte de una gira que promociona su disco Mediterranean passion y el martes ya hizo una primera escala en la ciudad de Novo Hamburgo, en Brasil. En ese país, el catalán hará dos presentaciones más: en Recife y Curitiba; luego cantará en Córdoba y Buenos Aires, en Argentina, y finalmente estará en Chile. Una semana más tarde, y prueba de que su agenda está copada, el músico de 64 años irá al prestigioso Konzerthaus de Viena.
Sus últimos recitales tienden a considerarse como de repertorio ligero, y en esa categoría hay lugar para todo. En Chile cantará, entre otros, los tangos El día que me quieras, Volver y Lejana tierra mía, de Gardel; The impossible dream, tema principal del musical El hombre de la mancha; la canción popular napolitana Core ingrato, y temas de la zarzuela El niño judío, de Pablo Luna. El repertorio lírico lo suele dejar para el final, muchas veces a dúo con la argentina Marina Silva, y después de cantar el programa oficial. Se espera que en esa parte interprete algunos encores de Verdi o Puccini, dos de los compositores con que más brilló en los años 70.
A pesar de que el músico requiere siempre del director David Giménez (quien es además su sobrino) en la conducción musical, las orquestas suelen ser locales, y en esta ocasión el grupo estará compuesto por instrumentistas chilenos.
El tenor intelectual
Desde sus inicios, Carreras fue destacado entre su generación como un intérprete de gran expresividad, ganándoles en intensidad y emoción a Luciano Pavarotti y Plácido Domingo, quienes poseían mejores recursos técnicos, y en el caso del italiano, un agudo insuperable. Curiosamente, la pasión de Carreras en el canto siempre contrastó con su carácter reservado, bastante menos efusivo que sus dos famosos compañeros de profesión.
Tiene fama de intelectual entre los tenores, y a diferencia de Domingo, tuvo una infancia marcada por las consecuencias de la Guerra Civil española. Su padre, un profesor de francés del bando republicano, no pudo ejercer más la docencia tras el triunfo franquista y debió ganarse la vida como policía. Mientras el madrileño Domingo creció en un hogar donde la compañía de zarzuela familiar lo era todo, Carreras de pequeño cantaba en la peluquería de su madre y ganaba algún dinero como propina.
Cinco años menor que Domingo, Carreras estudió química en Barcelona, participó en protestas estudiantiles en el año 68, y según explicaba hace un tiempo al diario The Telegraph, sólo se salvó de no ser tomado preso "porque corría más rápido" que sus compañeros. Hoy se toma sus conciertos en el mundo a una velocidad más relajada y cree que la mezcla entre lo clásico y lo popular es la mejor forma de llegar al público.
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