José Pedrozo: "No me arrepiento de lo que hice"

Parecía que el duelo del domingo entre Concepción y Rangers sería un partido más en la lucha por el Ascenso. Sin embargo, cuando se cumplía el minuto 77, quienes veían el partido intuyeron que lo que sucedía ante sus ojos daría que hablar por varios días.

En una imagen pocas veces vista, el defensor de Rangers, José Pedrozo, abrazó por la espalda al árbitro Marcelo Miranda e intentó ahorcarlo luego de que éste lo expulsara e hiciera repetir un penal en contra de su equipo en tres oportunidades. Sólo el tackle de su compañero de equipo, Iván Alvarez, logró alejarlo del juez.

Lo cierto es que la reacción de Pedrozo trajo coletazos: ayer presentó su renuncia a Rangers, ya que se expone a una sanción cercana a los 50 partidos. "No me arrepiento de lo que hice. Por eso me junté con Elías (Vistoso, dirigente de Rangers) para proponerle la renuncia. Quiero alejarme del fútbol si es posible. Por el carácter que tengo y por lo que estoy pasando quiero estar con mi familia en Paraguay", explicó el jugador.

¿Y qué dice el afectado? Miranda fue enfático: mantuvo su postura de no recurrir a la justicia, y descartó que se trate de un tema personal como lo sugiere el jugador, quien en su argumentación expone que en 12 partidos sufrió cuatro expulsiones y en tres de ellas quien le mostró la tarjeta roja fue Miranda, el agredido .

"Es el tribunal de la ANFP el que tiene que evaluar cuántas fechas de sanción le van a dar. Es un tema deportivo, no personal. Si fuéramos a tribunales, pasaría a ser algo entre él y yo, nada más y no tendría sentido", puntualizó el juez.

En Talca, el alejamiento del jugador fue bien recibido, pues aseguran descomprimió el ambiente en el camarín: "Era un jugador complicado, durante el año nos trajo bastantes problemas. Siempre fue muy conflictivo, (pero) jamás pensamos que podría pasar eso", señaló Vistoso tras oficializarse la salida.

Defensa "a la paraguaya"

La fama de jugador temperamental es un problema que ha acompañado a Pedrozo desde sus inicios en Paraguay. "Yo lo conocí cuando estaba muy chico. Era un clásico defensa paraguayo: aguerrido, que iba al choque y que jugaba con mucho roce", recuerda Gustavo Benítez, quien lo dirigió el 2005 en Olimpia.

El actual técnico de Palestino se mostró sorprendido ante su reacción, pues dice nunca haberle visto una acción similar. Aun así, cuestionó su conducta. "Cuando uno abraza esta profesión conoce las reglas. Y si un jugador no puede controlar su ira, no puede jugar más al fútbol", dijo.