Jóvenes de Rapa Nui vuelven al continente a iniciar año académico
<P>Llegan a la capital a terminar la educación media, pero también la superior.</P>
Es una tarde húmeda en Rapa Nui y los jóvenes y niños que avanzan por la losa del aeropuerto Mataveri llevan en sus cuellos collares de conchitas. La tradición dice que estos talismanes sirven para que los que se van, viajen con un sentimiento de buen retorno. Eso sí, para los jóvenes que esperan un avión de la Fuerza Aérea que los llevará a Chile continental no es fácil. Muchos no se verán las caras con sus familiares y amigos hasta las próximas vacaciones. Sin embargo, a pesar de su tristeza, deben dejar la isla cada año para continuar con sus estudios, de básica, media o educación superior. "Los alumnos que se van son de todas las edades, desde universitarios hasta niños de jardín que viajan en compañía de sus padres", asegura el capitán de la Base Aérea de Isla de Pascua, Pablo González Michea. Lo sabe, porque cada año la institución permite que jóvenes se beneficien con estos viajes que se hacen de manera gratuita. Del mismo modo en que la Conadi (Corporación Nacional Indígena) los reciben en Santiago, en hogares especiales para los pascuenses, y así como desde Junaeb les entregan alimentación, como a otros tantos estudiantes de diversas etnias del país.
El año pasado el presupuesto anual que Conadi destinó en becas y hogares fue de $15.000 millones, lo que corresponde a $650.000 anuales por alumno. "Lo del viaje (desde Rapa Nui al continente) es parte de una cadena que les permite estudiar", aseguran en Conadi.
Aclimatarse en la ciudad
Alberto Alarcón Rapu (22) decidió a fines del año pasado que en 2012 sí se iría a estudiar a Santiago. En el aeropuerto lo despide su familia. Se nota algo nervioso e impaciente por la situación. Su hermana, Pua, lo acompaña. Ella ya pasó por este momento años atrás y ahora se quedó definitivamente en la isla porque terminó sus estudios universitarios.
Sobre su viaje, Alberto dice: "No es un momento fácil para mí. Todavía me cuesta imaginarme viviendo en Santiago, sin todo lo que me rodea acá en Rapa Nui. Sin poder agarrar mi tabla y partir a la playa, o pasear por alguno de los lugares llenos de naturaleza. Pero también sé que es por el futuro, así que vamos a ver qué pasa".
Entre los pasajeros también viajan los hermanos Hanny y Iovani Atan, que estudian en Santiago. No es la primera vez que pasan por esta situación. Hanny cursa tercer año de veterinaria y asegura que cuando se tuvo que ir a estudiar al continente el cambio fue muy drástico. "Al llegar a Santiago tienes que empezar a insertarte en todo, aprender de todo. Desde movilizarte a ubicarte geográficamente para no perderte. El cambio es muy fuerte, pero era algo que tenía que hacer para poder sacar una carrera profesional". Su hermano debe retornar a la capital para cursar cuarto medio. "Me encanta la isla y siempre que tengo que volver al continente es como un porrazo. Porque llegamos a la isla en diciembre y a estas alturas ya estamos aclimatados con todo lo que la isla significa", dice mientras mira cómo a su alrededor la gente está empezando a embarcar.
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