Kickstarter: la nueva forma de impulsar ideas
<p>Con donaciones que van desde uno hasta miles de dólares, los usuarios financian vía internet proyectos independientes que van desde diseño de videojuegos hasta obras de teatro y discos de música. El sistema permite recaudar dinero de manera rápida y sencilla y hace unos días permitió que el corto documental <i>Inocente</i> ganara un Oscar. </p>
HISTORIAS como la de Steve Jobs -que debió vender su vagoneta Volkswagen para financiar lo que más tarde sería Apple- han demostrado que muchas veces las ideas innovadoras se ven desafiadas por la dificultad de conseguir un capital inicial. Pero de la misma manera en que el acceso a la red ha cambiado la forma en que nos comunicamos, compramos o vemos televisión, el financiamiento en línea -también llamado crowdfunding- está ganando terreno rápidamente tras un lento inicio hace ya un par de años.
Buscar dinero en manos anónimas a través de la red ya no es la idea descabellada que podría haber sido hace algunos años. Todo gracias a Kickstarter (www.kickstarter.com), un sitio que permite crear todo tipo de proyectos y establecer una fecha y monto límite para recibir donaciones de manera sencilla por parte de cualquier persona en la red, tras lo cual los proyectos pueden finalmente realizarse.
Tal vez el mejor ejemplo de esto sea Inocente, un filme independiente creado por los productores estadounidenses Seth Fine y Andrea Nix, quienes abrieron una página en Kickstarter para recaudar los fondos necesarios para su producción a principios de 2012. La idea era alcanzar los US$ 50 mil que, en ese momento, no podían conseguir de otra manera. Las opciones de donación comenzaban desde US$ 1 -lo que daba acceso a una copia digital de la película una vez finalizada- y llegaban hasta los US$ 10 mil, que daba acceso a un pack completo de la productora incluyendo ítems como una polera, discos DVD de las producciones anteriores y un saludo especial en Facebook, entre otras cosas.
La película -que cuenta la historia de una niña indocumentada de 15 años en California que busca lograr su sueño de convertirse en artista- pudo alcanzar su meta a tiempo y usó los fondos para traspasar el filme a varios formatos, lo que permitió su proyección en varios festivales de cine de EE.UU. El fin de semana pasado y para sorpresa de muchos -incluyendo Kickstarter, que felicitó a los creadores en su página web inicial- el filme fue reconocido con el Oscar al Mejor Corto Documental, convirtiéndose así en el primer filme de la historia del galardón en ser completamente financiado por donaciones a través de la red.
Generando ideas
Fundado en 2009 por un grupo de inversionistas ligados a la industria digital, Kickstarter nació gracias al apoyo de importantes figuras como Jack Dorsey (Twitter), Zack Klein (Vimeo) y Caterina Fake (Flickr) y se hizo rápidamente conocido gracias a reconocimientos como el de la revista Time, quen lo nombró en su lista de los mejores inventos del 2010. El modelo del sitio es el de una compañía de lucro, obteniendo un 5% del total recaudado por cada proyecto exitoso. Establecer un proyecto nuevo es relativamente sencillo: luego de entrar a su sitio, sólo debe establecerse una fecha límite y el monto que se desee recaudar, tras lo cual se generará una página al estilo de un "perfil" que puede ser compartida a través de cualquier sitio web o red social, permitiendo desplegar toda la información sobre el proyecto a quienes estén interesados. La única limitación hasta ahora es que al menos uno de los involucrados en el proyecto debe ser ciudadano británico o estadounidense, para cumplir con las regulaciones de Amazon Payments, el sistema que permite recibir los pagos del sitio y que debe estar vinculado a una cuenta en uno de los dos países.
Si bien la limitación de residencia puede complicar a muchos al comenzar un proyecto, una serie de grupos chilenos han logrado finalizar con éxito varios de ellos con la ayuda de familiares y socios. Este último es el caso de Pablo Gorigoitía, CEO de la consultora de videojuegos Brainstormers (www.brainstormers.cl), que con la ayuda de su socio Richard Reyes en California logró lanzar a la red en diciembre de 2011 el proyecto de "Puzzle Me!", un juego de mesa de puzzle en el que la meta es lograr construir el puzzle más grande posible, evitando los avances del jugador oponente. Con 299 backers, como se denomina a aquellos usuarios que realizan una donación, lograron alcanzar la meta de US$ 5 mil e, incluso, superarla por más de US$ 1.500, finalizando en la producción del juguete en China, que llegará a las manos de sus dueños durante este primer semestre.
Gorigoitía explicó a Tendencias cuÁles fueron sus principales motivaciones para elegir este método: "Se estaba volviendo muy popular entre los que desarrollan juegos, aunque aún no había explotado, como pasaría meses después con proyectos como Double Fine. Varios amigos en EE.UU. nos lo habían recomendado y en ese momento no existía ningún proyecto chileno que hubiese sido financiado en Kickstarter, por lo que nos pareció interesante tomar ese desafío". Tal como cuenta Gorigoitía, este método ganó popularidad inicialmente entre los creadores de videojuegos independientes, que ha visto grandes proyectos originales financiados por el sistema, así como el "revival" de antiguas sagas como Carmaggeddon y Shadowrun, que verán nuevas versiones durante estos meses gracias al apoyo de sus fanáticos.
El creciente desarrollo independiente de videojuegos chilenos también aprovechó este boom para lanzar una de sus últimas obras: Evilot, de mano del estudio Syrenaica (www.syrenaica.com) liderado por Oscar Contreras, quien trabajó para Electronic Arts en EE.UU. colaborando en importantes proyectos como "Los Sims". Contreras contó a Tendencias que su decisión de tomar este camino se debió al nivel de visibilidad que se alcanza sin requerir invertir grandes sumas en publicidad: "Kickstarter es el que tiene mayores casos de éxito (de los sitios de crowdfunding) y, por tanto, efectividad. Hay gente de todo el mundo dispuesta a ver tu proyecto, a apoyarte, a actuar como verdaderos inversionistas en montos muy menores, que sumados pueden ayudarte a lograr tu meta".
Tras un mes buscando donaciones, Evilot logró confirmarse gracias al apoyo de 344 backers que superaron la meta de US$ 10 mil y que permitieron lanzarlo a principios de año para plataformas móviles y de escritorio, además de una versión confirmada para la consola Ouya, que utiliza la tecnología del sistema operativo Android.
El arte también está presente
Pero no todo son juegos en los emprendimientos chilenos de Kickstarter: tal como en el caso de Inocente, la cultura también tiene un espacio. Es el caso de Latino, una obra de la actriz y dramaturga de la U. de Columbia Camila Le-Bert (31), quien descubrió el sistema mientras estudiaba en EE.UU. La obra, que presenta de manera lúdica retratos de los estereotipos latinos en el País del Norte, se estrenó en septiembre pasado en Matucana 100. "Yo lo conocí en EE.UU. Cuando estudiaba en Nueva York, una amiga usó una plataforma parecida para financiar la gira de su obra", cuenta Le-Bert. "En EE.UU. hay plena conciencia de que las artes no tienen financiamiento estatal, por lo que hay una tradición filantrópica que se encuentra arraigada en la cultura", agrega. Si bien es chilena, Camila usó los datos de su padrastro norteamericano para acceder al servicio.
Similar es el caso de la banda Intimate Stranger, establecida en Santiago pero liderada por la croata-británica Tessie Špoljaric-Woodgate (31) y que logró lanzar su último disco gracias al servicio. "La idea nació para financiar las copias del disco, porque faltaba dinero para la producción de los CD. Esta alternativa resultó muy amigable para los fans, ya que dependiendo del monto que dieran se les hacía llegar productos de la banda, como CD autografiados, poleras, ediciones pasadas o links de descarga exclusiva de nuestro material", contó Špoljaric-Woodgate a Tendencias.
Sólo bastó con un mes para recaudar cerca de US$ 2.500 que necesitaban para comenzar la producción. Špoljaric-Woodgate añade que el disco logró producirse y ser lanzado en formato físico poco tiempo después y ya puede encontrarse en disquerías. “Quedamos muy felices con la calidad del disco, el arte y el sonido. El público lo ha notado y ha respondido favorablemente al comprar el disco en nuestros conciertos y en las tiendas”, explica.
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