La agencia de juegos de azar más antigua de Santiago
<P>No es Las Vegas, pero en la capital los juegos de azar comenzaron hace 80 años. Un local en Ahumada fue pionera en hacer millonarios, la misma donde Salvador Allende elegía sus números. </P>
Salvador Allende le gustaba apostar en los juegos de azar. Casi todos los viernes, cerca de la medianoche, estacionaba su auto frente a la agencia de Polla y Lotería ubicada en Ahumada 154, la primera que abrió en el país, en 1935. "Llegaba aquí con su secretria, la Payita. Se tomaban un café en el negocio de al lado y luego él compraba boletos con números que elegía al azar", recuerda Eduardo Corrales, quien desde hace 45 años trabaja ahí vendiendo cartones capaces de cambiarle la vida a una persona en cosa de segundos.
A fines de los 60, Allende era el eterno candidato a la Presidencia de Chile, y el Paseo Ahumada era transitado por vehículos. Este negocio, ubicado entre Agustinas y Moneda, era la agencia más importante de la ciudad. "Allende llegaba tarde, porque entonces no había delincuencia y el barrio era un lugar seguro. Nuestro local permanecía abierto hasta las 2 de la madrugada", agrega el dependiente, quien comenzó con sólo 16 años a trabajar.
Medio siglo después, la capital concentra el 50% de los juegos de apuestas del país, que son emanados por dos empresas: Polla Chilena de Beneficencia y Lotería. Según datos de Polla, en 2010 se vendieron cerca de 178.000 millones de pesos en juegos de azar, de los cuales la mitad se registró en Santiago.
Uno de los sorteos más cotizados es el Loto, de Polla. Sólo en Santiago se expenden, en promedio, 30 millones de boletos al año. La comuna donde se realizan más apuestas en la ciudad es Santiago, con un 16,5% del total. Le siguen Las Condes, con un 8,9%, y Providencia, con 6,4%.
Sin embargo, el lanzamiento del Loto es relativamente reciente, ya que el primer sorteo fue en 1989. Fue el juego que vino a reemplazar a uno de los más exitosos durante los 70: la Polla Gol. La historia de esta empresa comienza mucho antes, en 1934, cuando nació Polla Chilena de Beneficencia como una entidad estatal, creada durante el gobierno de Arturo Alessandri Palma y que realizó su primer sorteo el 30 de octubre de ese año. ¿El premio? $ 500.000 de la época.
El boleto de Polla era entonces una impresión monocromática en tonos azules, diseñado por la Casa de Moneda de Chile. Este tenía estampada la imagen de una mujer asistiendo a un hombre enfermo en una cama, ya que en sus inicios, Polla debía entregar sus ganancias completas a instituciones de caridad y salud. Actualmente, todavía destina un porcentaje de sus utilidades a tales fines.
En cambio, Lotería, que originalmente se llamaba Lotería de Concepción, aparece antes, en 1921, con el objetivo de paliar el déficit económico por el que atravesaba la Universidad de Concepción. El 8 de octubre se realizó el primer sorteo con un premio equivalente a $ 500 millones de hoy.
Durante 70 años esta compañía sólo ofreció el tradicional boleto de Lotería. Recién en 1990 lanzaron Kino, el juego favorito del público, con un sorteo que era transmitido por Canal 13 todos los domingos a las 3 de la tarde.
Según Corrales, ya no se vive la misma euforia de apuestas de antaño: "Cuando había menos agencias y puntos de venta, aquí se formaban colas que salían hasta la calle cada vez que había un pozo acumulado". En esa época, la agencia de Ahumada entregaba boletos a otros subagentes y en los años 50 se incorporó el sistema de tómbolas a los sorteos, con bolitas numeradas.
Con el tiempo los juegos de azar se fueron modernizando con el surgimiento de un sistema computarizado de apuestas en línea. Ahora es posible jugar prácticamente en cualquier supermercado, tabaquería o almacén de la ciudad.
Lo que sigue igual son las ganas de apostar de la gente. Rosa Castillo trabaja desde hace 17 años en la agencia de Ahumada y cuenta que tiene clientes de toda la vida: "Me sé sus números de la suerte de memoria. Los veo entrar y los ingreso en la máquina antes de saludarlos. Hasta ahora he vendido seis boletos ganadores del Loto", cuenta.
Corrales lo confirma: "Tengo clientes que juegan lo mismo desde hace 40 años. Incluso, algunos mueren y heredan sus números a sus hijos", dice. Y hay apostadores que no escatiman en gastos al momento de tentar la fortuna. "Tengo un cliente que juega $ 1.800.000 todas las semanas", finaliza Corrales.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.