La apuesta del holding de Liliana Solari por el negocio de transporte
<P>Hace 15 años el grupo creó Sotraser, la firma de camiones más grande del país. Ahora con el ingreso a la propiedad de Lan, el transporte pasa a ser la segunda área de negocios del grupo, sólo superada por la participación en Falabella.</P>
Bethia partió como un family office para administrar las inversiones personales de Liliana Solari, una de las principales socias de Falabella. Casi 15 años después, ya está posicionado como un grupo de peso en el concierto local, lo que la semana que recién pasó quedó reafirmado con la compra del 8% de la operadora Lan Airlines en US$ 450 millones.
La operación reacomoda en importancia el portafolio de negocios en los que participa. Hasta hace poco, de hecho, el holding era reconocido por su participación en el retail y en Ancali, su brazo agrícola, a través del cual posee más de cinco mil vacas y produce 6,5 millones de leche al mes, lo que los convierte en el mayor productor de leche fresca en el país, y además participan en la propiedad de Danone. Pero tras la transacción de Lan, el área de transporte toma un rol más preponderante en el grupo, sólo superado por el 12,5% que tiene Falabella, paquete que está valorado en US$ 1.750 millones y que es, en la práctica, su gran fuente de ingresos.
De dos camiones a Lan
Fue Carlos Heller, vicepresidente de Bethia e hijo de Liliana Solari, quien impulsó el ingreso del grupo al rubro de transportes de carga. Un área que desde el inicio le gustó, pues se perfiló como un negocio atractivo y rentable que en el país aún no era totalmente profesional.
Ese fue el punto de partida del interés en un rubro en el que Bethia quiso, desde un comienzo, crecer. El transporte ferroviario, de hecho, estuvo entre sus planes, pero su interés se vio frenado por los problemas que atravesó la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), lo que los llevó a esperar un mejor momento para volver a analizar el rubro. Otro sector en el que el propio Carlos Heller demostró públicamente su interés fue el de los puertos, pero nunca se concretó. Gonzalo Rojas, director de Bethia, señala que ahora "no hay nada pensado en el corto plazo".
La oportunidad de crecer finalmente estuvo en Lan, la novena aerolínea más grande del mundo por capitalización bursátil. La compra, que partió con una invitación hecha por Celfin en enero pasado, está en línea con lo que Bethia ha definido como su leit motiv: ser un jugador de peso en los negocios en que participa. Es así en el área agrícola y también en el ámbito inmobiliario, donde en sociedad con Abraham Senerman desarrollan Titanium La Portada, el rascacielos más grande del país. Y todo indica que el plan es repetir el modelo en el área de transportes. Con Sotraser ha sido así. La adquisición de la firma de transportes Carmona, en 2008, les permitió ingresar al norte del país. La operación fue un éxito, pues en la actualidad cerca del 50% de las utilidades de la compañía se explican por esa inversión. Sotraser tiene entre sus clientes a Copec, Los Pelambres, Mininco y Gasco, entre otras. Otra compra fue QCorp, compañía de logística, distribución y almacenaje.
A juicio de analistas, Sotraser podría alcanzar algún tipo de sinergia con Lan en transporte de carga, "pero eso depende de la relación que alcancen con los controladores y que Sotraser pueda ofrecer servicios distintos o mejores a los que ya tiene Lan en el área de distribución", dice uno de ellos. Con todo, están de acuerdo en que el ingreso a la propiedad de Lan le dará al grupo Bethia una visión mucho más global de este negocio que, hasta hace poco, ya habían potenciado con la compra de un terreno de ocho hectáreas en el parque industrial Enea, en Pudahuel, donde se ubicará la principal bodega de Sotraser y que implica una inversión de US$ 25 millones.
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