La bandera de Jasper Johns logra precio récord: US$ 28,6 millones
<P>Pintada en 1954, <I>Flag</I> fue considerada blasfema. Hoy es ícono del arte del siglo XX de EEUU. La obra, la más cara que ha vendido en vida Johns, era parte de una colección del fallecido escritor Michael Crichton.</P>
Pieza clave de la industria del entretenimiento norteamericano de las últimas décadas, Michael Crichton no sólo vendió más de 100 millones de libros y creó la exitosa saga de Parque Jurásico. También fue un coleccionista de arte con pulso histórico. Hace tres décadas, cuando empezaba a hacerse un nombre como autor de best sellers, compró la obra Flag, de Jasper Johns. Imposible mejor inversión. Cuando ayer la casa Christie's sacó a remate la pintura, esperaba recibir como máximo 15 millones de dólares. La suma final fue casi el doble: se pagaron 28,6 millones, convirtiendo a la ajada bandera estadounidense en la obra más cara de Johns.
La colección de Crichton, fallecido a fines de 2008, comezó ayer a ser rematada en Nueva York, en una subasta con obras de algunos de los artistas contemporáneos más importantes. Además de Flag, entre la treintena de piezas del escritor, se cuentan pinturas de Pablo Picasso, Robert Rauschenberg, Claes Oldenburg y Roy Lichtenstein, y fotos de Henri Cartier-Breson. La casa Christie's, además, pone en venta cuadros de Mark Rothko, Brice Marden y Andy Warhol. De este último se vendió el retrato de Elizabeth Taylor, Silver Liz, en 18,3 millones de dólares.
Pero el récord de la jornada lo ostenta la obra de Johns. Pintada entre 1954 y 1955, Flag es una pieza icónica de los inicios del arte pop y, sobre todo, la más célebre de Johns, que experimentó varias veces con el símbolo patrio de EEUU. Según alguna vez contó el artista, la obra nació de un sueño: mientras dormía, se le apareció la imagen de la bandera americana. Para hacerla realidad, Johns ocupó una técnica denominada encaústica, ya utilizada en el antiguo Egipto y en la que se mezclan los pigmentos con cera caliente. El resultado es una pieza con textura que, mirada a cierta distancia, luce simplemente como una bandera sucia, gastada.
Aunque a Johns llegaron a tratarlo de blasfemo por trabajar con la bandera, con los años Flag ha pasado al catálogo de las representaciones patrióticas. Ninguna versión conforma demasiado a su autor. "No quise hacer una declaración patriótica. De hecho, muchas personas piensan que es una obra desagradable y subversiva. Es divertido cómo la sensación ha cambiado", dijo en una entrevista en 2008 el pintor que hoy tiene 79 años.
Hasta ayer, Flag llevaba 18 años sin ser exhibida al público. Colgaba en una pared de la casa de Crichton, todo un obsesivo en cuanto a la disposición de su colección: cada semana movía sus Picasso, sus Lichtenstein y sus Rauschenberg por las habitaciones de su hogar.
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