La bomba de tiempo que amenaza a China
<P>El ratio deuda/PIB de la nación llegó a 250% en 2015, lo que equivale a US$ 25 billones (millones de millones).</P>
Desde que la administración del presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang se propuso a fines de 2013 darle un rol más decisivo a los mercados y reequilibrar la economía china desde la inversión y las exportaciones hacia el consumo doméstico, el gran temor de los analistas había sido si es que el gobierno sería capaz de llevar a cabo las transformaciones requeridas sin que la actividad se frenara bruscamente.
Hasta ahora, las autoridades han logrado avanzar en sus esfuerzos con un impacto relativamente leve en el PIB: después de crecer 7,7% en 2013, el ritmo de expansión de la segunda economía del mundo se desaceleró a 7,3% en 2014 y 6,9% el año pasado.
Sin embargo, a medida que la economía se ajusta hacia su "nueva normalidad" de un crecimiento más lento y las inquietudes sobre un "aterrizaje forzoso" se diluyen, un nuevo riesgo ha aparecido en el horizonte: el abultado nivel de deuda.
A fines del año pasado, el endeudamiento total de la nación llegó a cerca de 250% del Producto Interno Bruto. Como referencia, la deuda interna de Estados Unidos tocó un máximo de 210% del PIB en 2007, justo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria.
Angel Cabrera, socio y director ejecutivo de Forecast Consultores, detalló que este ratio equivale a más de US$ 25 billones (millones de millones) y que la mayor parte (US$ 18 billones) corresponde a créditos de las firmas estatales.
"Muy probablemente se trata de la mayor burbuja crediticia que hemos visto en la historia de la economía moderna", declaró.
Hasta 2008, la deuda total y de las empresas se había mantenido relativamente estable, pero luego de la crisis global, Beijing introdujo un enorme programa de estímulo de 4 billones de yuanes (US$ 609 mil millones). Buena parte de esta inyección se destinó a inversión fija y proyectos de infraestructura, lo que provocó ciudades fantasmas y un exceso de capacidad en diversos sectores.
Alarma de expertos
Los temores sobre una posible crisis crediticia en China vienen rondando desde hace un par de meses. En febrero, Kyle Bass, fundador del fondo de cobertura Hayman Capital, expuso que el sistema bancario local se disparó desde US$ 3 billones a más de US$ 34 billones en activos en los últimos 10 años y alertó sobre diversas "bombas de tiempo" en el rubro.
El mes pasado, el inversionista George Soros aseveró que lo que sucede en China "se parece de forma espeluznante a lo que ocurrió durante la crisis financiera en EE.UU. en 2007-2008, que de manera similar fue alimentada por el crecimiento del crédito".
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional advirtió que los préstamos corporativos potencialmente en riesgo llegan a 15,5% de estos créditos de los bancos comerciales, es decir, US$ 1,3 billón (12% del PIB).
Impacto en Chile
Si el país llegara a experimentar una crisis financiera, su PIB se contraería fuertemente, lo que golpearía el precio de las materias primas, porque China es el principal consumidor de recursos naturales del mundo.
Esto impactaría a Chile, ya que la economía doméstica "es una de las que tiene mayor exposición a China", comentó Cabrera.
El experto advirtió que, si se concreta el peor escenario, las autoridades chilenas tendrían un espacio acotado para responder, ya que la política monetaria ya es bastante expansiva y la inflación está elevada y los indicadores fiscales se han deteriorado en los últimos años.
Si bien existen semejanzas entre la situación china y la estadounidense hace ocho años, hay dos grandes diferencias: la primera es que el sistema financiero de la potencia asiática es bastante cerrado, lo que limitaría el efecto contagio que se produjo en 2008.
La segunda es que Beijing tiene la capacidad para evitar un colapso sistémico.
"El rol dominante del Estado chino mitiga el riesgo de una crisis financiera", sostuvo la agencia Moody's en un informe publicado esta semana
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