La casa de Hitler complica a Austria
<P>El edificio donde nació el líder nazi en Braunau am Inn es arrendado por el Ministerio austríaco del Interior para evitar un mal uso de parte de los seguidores del <I>Führer</I>. Por ahora se encuentra vacío.</P>
Braunau am Inn es un pueblo pequeño y bonito en el norte de Austria, justo con la frontera con Alemania. Pero tiene un fuerte legado. Cerca de la plaza principal está el número 15 de Salzburger Vorstadt: un sólido ex hostal del siglo XVII, donde Adolf Hitler nació en 1889.
La familia de Hitler, que arrendó algunas habitaciones en el segundo piso, no era originalmente de Braunau. Su padre, Alois, había sido asignado en el lugar para trabajar como funcionario de aduanas. Adolf Hitler sólo vivió en ese edificio por unas pocas semanas, luego que su familia se fue a vivir a otra dirección en Braunau.
Abandonaron el pueblo para siempre cuando Hitler tenía tres años. El volvió brevemente a Braunau en 1938, cuando iba camino a Viena, después de anexar Austria a la Alemania nazi.
Los habitantes dicen que la casa aún atrae a algunos neonazis. "He visto gente de Italia o Francia que viene para acá, con un propósito de adoración", dijo Josef Kogler, un profesor en Braunau. "Un francés, creo que era profesor de historia, vino y me preguntó por el lugar de nacimiento de Hitler. Es difícil de entender", añadió.
Por estos días la casa está cerrada y vacía. El Ministerio del Interior austríaco está tan preocupado por la posibilidad de que los neo-nazis usen el edificio como un sitio de peregrinaje que, desde 1972, se lo ha arrendado a la dueña, Gerlinde Pommer, para evitar que tenga un mal uso.
Pommer actualmente recibe cerca de US$ 6.400 mensuales, según han señalado funcionarios del pueblo. Por muchos años la casa fue usada como centro de cuidado diurno para gente con necesidades especiales. Sin embargo, en 2011, ellos se tuvieron que ir.
El historiador local, Florian Kotanko dice que Pommer no estaba de acuerdo con hacer arreglos al lugar. "Ella no acepta ninguna propuesta para que la casa se use como oficinas o que se utilice de otra forma", dijo. "No permite ningún cambio en la casa, así es que no se puede arreglar ninguna habitación, no puedes construir baños modernos o poner un ascensor. Es difícil", añadió.
En los últimos tres años, se han realizado varias propuestas sobre cómo usar la casa. Estas incluyen, convertirla en departamentos, un centro de educación de adultos, un museo o un centro para hacer frente al pasado nazi.
Incluso, un parlamentario ruso ofreció comprar la casa y volarla.
Considerando que no hay ningún acuerdo a la vista, el Ministerio del Interior solicitó, recientemente, a otras oficinas gubernamentales federales y regionales que presenten propuestas para decidir qué hacer con la casa.
El vicealcalde de Braunau, el social demócrata, Guenter Pointner dijo que el ministerio ahora está considerando terminar el contrato de arriendo con Pommer. Ella no estuvo disponible para hacer comentarios sobre este tema.
La pelea sobre la casa ha desatado recuerdos molestos para este próspero y pequeño pueblo.
Algunos, incluyendo el segundo vicealcalde de Braunau, Christian Schilcher, del nacionalista Partido de la Libertad, piensa que es tiempo de dar vuelta la página. "La gente está cansada", sostuvo. "Este tema es un problema para la imagen de Braunau. Queremos ser un hermoso y pequeño pueblo, con visitas de turistas. No somos los niños de Hitler", añadió.
Pero otros, incluyendo Florian Kotanko, dicen que ignorar la historia empeora las cosas. "Tienes la conexión entre Braunau y Hitler aún sin la casa", dijo. "Todos pueden leer que Hitler nació acá", añadió.
Braunau ahora planea realizar una exhibición sobre la casa y los vínculos con Hitler en el museo local. Por muchos años, los austríacos y los habitantes del pueblo estaban reticentes a hablar sobre el pasado nazi, pero Florian Kotanko dice que eso está cambiando.
"Alguna vez la gente se negó a hablar sobre los hechos, pero ahora hablan al respecto", sostuvo. "Es una cuestión de cómo lidiar con la historia", añadió.
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