La Contadora de Películas: cómo será lo nuevo de Teatro Cinema

<P> La obra basada en la novela de Hernán Rivera Letelier llegará en 2015 al Centro de las Artes 660.</P>




Los actuales días de los integrantes de la compañía Teatro Cinema se consumen en arduas horas de trabajo, entre las 10 de la mañana y 6 de la tarde. "Parecemos oficinistas. Nadie creería que somos actores" dice Juan Carlos Zagal, director de la agrupación responsable de éxitos como Sin sangre y El hombre que daba de beber a las mariposas.

Encerrados dentro de una habitación de su sala recién inaugurada en pleno barrio Bellavista, los cinco actores y más de diez técnicos se reúnen en torno a una mesa cubierta de anotaciones, bosquejos hechos a mano alzada y restos de tabaco. Al centro, sobre la misma, se encuentra La contadora de películas, la novela de Hernán Rivera Letelier de 2009, en la que trabajan obsesivamente desde abril, cuando su más próximo proyecto comenzó a tomar forma. "La partitura está", reconoce Zagal un miércoles cualquiera y a media tarde. Fue ahí, durante una de sus sesiones de trabajo, cuando decidieron mostrar un adelanto de lo que a partir de julio de 2015 estará sobre las tablas del Centro de las Artes 660, espacio creado por Fundación CorpArtes.

Colores y grafito

Las persianas se cierran, la sala se oscurece casi por completo. En una pizarra blanca ubicada al fondo se dibuja la silueta de una mujer de cabello largo. "Seré yo", cuenta la actriz Laura Pizarro. La secuencia de bocetos en grafito continúa: la mujer casi no sale de escena, pero comparte pantalla, la pampa y otra docena de lugares insospechados, como el océano rondado por piratas y una ciudad atacada por una criatura como Godzilla. con otros actores que simulan la realización de sus propias cintas.

"Quisimos que nuestra lectura de La contadora de películas partiera desde el final de la novela de Rivera Letelier. Se respeta el argumento, pero cambiamos algunas cosas. Por ejemplo, no hacemos referencia a películas en particular, sí a géneros del cine", cuenta Zagal.

Por eso la historia descrita por Rivera cambiará: el viaje de María Margarita, la niña de 13 años que en los 60 le contaba las películas que había visto a su padre inválido y al resto de la oficina salitrera, será ahora el de una mujer mayor que se sumerge en sus propios recuerdos para eludir un fin inevitable.

"La televisión llega y su oficio deja de tener importancia. Entonces, solo le quedan sus recuerdos, esos otros mundos que puede visitar cuando quiere", afirma Pizarro. Zagal agrega: "Nosotros quisimos hacer lo mismo, desnudar el trabajo que hemos hecho, aunque siempre incorporando animación, maquetas y cine. Queríamos volver a actuar, mostrar el lado más artesanal de nuestro trabajo".

Habrá momentos en que la contadora de películas ayudará a un grupo de actores a recrear la filmación de una película en blanco y negro, a luchar contra criaturas gigantes y hasta batirse a duelo afuera de una cantina, como en los western de colores saturados. En otros, volverá al silencio eterno de la oficina salitrera.

"Queremos grabar en la oficina Chacabuco, al noreste de Antofagasta, pues concluímos en que allí están las raíces de nuestra protagonista. Hemos fantaseado mucho con este montaje, pues la historia y nuestra experimentación escénica dan para eso. Somos solo cinco actores siendo más de 60 personajes en escena", explica Zagal, el director.

Ante la pregunta de por qué eligieron la historia de La contadora de películas para su próximo trabajo, todos cruzan miradas. "Fue algo raro", cuentan: durante el encuentro Puerto Ideas de abril pasado en Antofagasta, en un conversatorio que atravesaba el relato de aquella niña por el teatro, el cine y las letras, y en el que participó Rivera Letelier, él se reunió con ellos ante una taza de café: "Cuando terminó de escribirla, pensó que aún podía ser una obra de teatro, pero ya resignado a que sería una novela, porque es lo que mejor sabe hacer, dijo que debía ser llevada al teatro por los creadores de Gemelos", cuenta Zagal. El anhelo del escritor se convirtió en sentencia.

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