La dura y violenta realidad de las favelas de la "Ciudad Maravillosa"
<P> Estas barriadas están habitadas por unas 2 millones de personas. Se estima que son cerca de 1.000 y se ubican en los cerros cariocas.</P>
"Lucha y nunca sobrevivirás. Corre y nunca escaparás", fue la frase que identificó a Ciudad de Dios, el crudo filme de Fernando Meirelles sobre esa violenta favela de Río de Janeiro. Aunque en Ciudade de Deus y otras 14 barriadas cariocas -entre éstas Dona Marta, donde Michael Jackson grabó un videoclip en los 90- se ha reducido la violencia, gracias a diversos programas sociales y a la nueva estrategia policial, en las casi mil favelas de la "Ciudad Maravillosa" reina la pobreza, el caos y en los últimos años, un creciente narcotráfico. La mayoría de los dos millones de personas que habita estos lugares ocupa pequeñas casas a medio construir y prácticamente una arriba de otra en los cerros.
Tal ha sido el crecimiento de las favelas en Río, que en 2004 se contabilizaban 750, mientras que ahora prácticamente completan las 1.000. Así, estas barriadas ocupan un área superior a los 42 kilómetros cuadrados. Debido a la ausencia del Estado, muchas de las favelas se han convertido en cuarteles generales de bandas de narcos, pero también de las "milicias", grupos formados por ex policías que se dedican a la extorsión. Los habitantes deben soportar todo tipo de amenazas, también enfrentamientos armados con las fuerzas de seguridad. Así y todo, están llenas de vida y samba.
Todas las barriadas cariocas son laberintos de calles sin nombre, mientras que los vecinos ocupan todo espacio público posible como una suerte de extensión de sus viviendas. Como en muchas favelas, hay barro, basura amontonada y niños que sueñan con convertirse en futbolistas. Las casas suelen estar con las puertas abiertas y cada barrio tiene sus propios códigos, tanto para alertar a los narcos como para protegerse de los operativos de la Policía Militar. La mayoría no paga por servicios básicos.
Sin embargo, en lugares como Rocinha, se han organizado tours que han ido en beneficio de la comunidad. La idea en su momento generó gran polémica, al igual que el inmenso muro que se construye en 11 favelas.
"Estos barrios marginales se han convertido en un icono de Río, porque no se limitan a la periferia, sino que proliferaron por las laderas de toda la urbe, lo que permitió a los pobres residir cerca de las zonas ricas donde trabajan", concluye Manuel Perez Bella, corresponsal de la agencia EFE en Brasil.
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