La elección familiar de Enríquez-Ominami

<P><span style="text-transform:uppercase">[El dia de]</span> Una serie de actividades familiares sostuvo el candidato del PRO, ayer. Entre ellas, acompañó a su hija mayor, quien votó por primera vez. </P>




Manuela, la hija menor de Marco Enríquez-Ominami, le preguntó tímidamente si ya era la hora de partir al local de votación. El candidato le dijo que no todavía, que era temprano, sin despegar la mirada de su teléfono celular. Revisaba nuevamente la entrevista a José Miguel Insulza, en la que el secretario general de la OEA criticó la idea de gratuidad en educación y reformas constitucionales.

Los dichos del ex canciller -en entrevista con La Tercera- reforzaban su postura de que las ideas de la "Nueva Mayoría" son 'casi reformas' y pensó en voz alta: "es muy fuerte, esto deberíamos incorporarlo". Lo dijo también, como planteándolo a su equipo.

Mientras, un grupo de periodistas ya abandonaba su casa, luego de un desayuno, en el que con una taza de café con leche y junto a Manuela, Fernanda (su otra hija), y su esposa Karen Doggenweiler, llamó a votar, habló de la educación, la salud, las isapres y contó, una vez más, la historia de "MEO" el quiltro que recogió y que hoy vive en su casa, que ayer se paseaba entre la familia del candidato y los periodistas, entremedio de una mesa llena de frutas, galletas y mediaslunas.

Cerca de las 10.30 de la mañana, la camioneta negra que lo trasladó desde su casa en Lo Barnechea hasta su comando en Providencia, apareció por Avenida Salvador y estacionó una cuadra antes. Con su esposa y sus hijas, caminó hasta la sede de su candidatura, donde lo esperaba una decena de partidarios. Breves saludos marcaron el inicio de la caminata hasta el Liceo Carmela Carvajal, ubicado en Avenida Italia.

Conversaciones al pasar, declaraciones a la prensa, saludos, sin nunca alejarse de sus hijas ni de su esposa, la periodista y conductora de matinales, a quien la gente también saluda, se le acerca, le desea suerte, en un trayecto de una cuadra y media. ¿Señora y usted votó?, le preguntan a una anciana que viene en sentido contrario. "Sí, por usted", respondió. Aplausos inmediatos, besos con Karen y las niñas. "La idea de un cambio es transversal" bromean en su equipo.

Y luego de una caótica entrada al liceo, con custodia policial y militar de por medio y una fila que le significó una espera de 40 minutos, el candidato votó en la mesa 205V, que fue trasladada desde su ubicación original en el segundo piso, hacia el primero, para facilitar la votación.

Fotografías con los votos entrando a la urna, despedida con los vocales de mesa, algunos silbidos de quienes hacían fila y ya querían que el candidato se retirara. Luego, declaraciones públicas: la educación, la salud, las AFP. También la entrevista a Insulza y la idea de que los cambios que plantea la Nueva Mayoría son "casi reformas".

De acuerdo al programa original, esa sería su última actividad durante la mañana, pero el candidato decidió pasar por dos locales más de votación: el Colegio Apoquindo, para acompañar a su esposa, Karen Doggenweiler, y el Colegio Madre Tierra en Lo Barnechea, para acompañar a su hija Fernanda, quien votó ayer por primera vez: su padre en la presidencial y la candidata a diputada y presidenta del PRO, Patricia Morales, para diputados.

Al Colegio Apoquindo llegó con su esposa, sus hijas y su suegra a quien pasó a buscar en el camino y también votaba en dicho establecimiento. Escoltadas por militares, Enríquez-Ominami las acompañó a ambas. A la mamá de Doggenweiler en la mesa 69, a su esposa en la 80. Mientras la esperaba, el candidato bromeaba con sus hijas, posó para cuanta persona le pidió una fotografía. "Es para mi hija que vota por ti", le dijo alguien que hacía la fila para sufragar. "Tienes una hija sensata" respondió Enríquez.

Minutos después, la misma escena en el Madre Tierra. Marco Enríquez-Ominami y Doggenweiler esperan más atrás, mientras Fernanda hacía el trámite. Cuando terminó, la joven puso los votos en la urna y posó con el último sufragio en la mano como hacen los candidatos. Se acabaron las actividades y la familia regresó a la camioneta.

"Fue en familia, nos juntamos a las tres, éramos tan pocos que cupimos todos en la mesa" dice Carlos Ominami sobre la tarde del candidato. Almuerzo familiar, con su esposa hijas y padres.

Luego de eso, entrevistas con medios regionales: canales de televisión y radios. Le preguntan por la jornada electoral, también por la fila que hizo para votar.

Al finalizar la ronda de entrevistas, esperó los resultados junto a la familia. "Parece que están bien aspectados", comentaron en su entorno, cuando los números, cerca de las 21 horas, lo dejaron en tercer lugar y con un escenario de segunda vuelta. Cerca de esa hora partió a su comando, como todo el día, en familia.

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