La emoción de una despedida inolvidable Marcelo Salas

<P>Con la presencia de sus más significativos ex compañeros, el "Matador" vivió su fiesta del adiós. En un repleto Nacional realizó sus últimas jugadas junto a Iván Zamorano y David Pizarro, entre otros. Además, entre auspicios, público y TV, se recaudaron cerca de $ 700 millones.</P>




Como buena producción de despedida, algunos de los astros anunciados finalmente no llegaron. Pero eso poco les importó a las casi 60 mil personas que llegaron al Estadio Nacional para asistir a la despedida de Marcelo Salas, un adiós que se inició con sonrisas y abrazos, continuó con goles y terminó con las lágrimas del "Matador" en pantalla, luego de que sus hijas, Catalina y Camila, le entregaran un oso de peluche.

Noche de emociones que comenzó en el ocaso del lunes, cuando Salas se concentró en el Hotel Intercontinental con sus invitados extranjeros, como Paolo Montero, Leonardo Rodríguez, Ariel Ortega o Marcelo Gallardo, quien decidió viajar desde Buenos Aires pese a estar lesionado.

Para la anécdota, el 3-3 del duelo entre los ídolos locales y un conjunto de estrellas internacionales.

Salas, por cierto, jugó un tiempo por cada uno y anotó tres goles.

Luego, Eduardo Berizzo, padrino de una de sus hijas, comentó que "se ratificó la devoción que la gente tiene por Marcelo, es un ídolo real y total. El hincha llenó este estadio y eso demuestra que su calidad traspasó los colores de un equipo". David Trezeguet, en tanto, matizó que "yo estaba de vacaciones, pero esto no fue un sacrificio; tomé el avión porque era mi ídolo de juventud y cumplí el sueño de jugar con él. Lo mejor de todo es que terminamos siendo muy amigos".

Enzo Francescoli, capitán en la primera etapa de Salas con los "millonarios", también se sumó a los elogios y anticipó que "ojalá que podamos hacer esto mismo en el Monumental de River. Hablé con Marcelo y está muy entusiasmado con esta idea. Es un orgullo haber compartido con uno de los mejores jugadores del mundo en su puesto".

Habitualmente parco, David Pizarro se explayó ayer y dijo que "valió la pena estar aquí. Llegué anoche (lunes) y no hubo cansancio alguno, porque no todos pueden decir que estuvieron en la despedida de un grande como Marcelo. Yo le agradezco por todo lo que le dio al fútbol chileno".

Arturo Salah, quien lo hizo debutar y a quien el temuquense calificó como el mejor técnico que tuvo, fue enfático. "Tengo la suerte de haber dirigido a Marcelo y ahora estar en su adiós. Chile despidió hoy a uno de los más grandes de todos los tiempos".

Iván Zamorano, su socio en la "Roja", fue escueto pero elocuente: "El debe sentirse orgulloso por toda la gente que lo acompañó esta noche. Referente del fútbol chileno y del fútbol mundial".

Aparte de emoción, la despedida de Salas también se caracterizó por su alta recaudación, calculada en $ 400 millones. Eso, más los $ 300 millones obtenidos por los auspicios y transmisión televisiva.

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